sábado, 25 de febrero de 2012

PORQUE DEJASTE DE LUCHAR

Hoy es para mí un día triste. Hoy cumplía años alguien a quien quería mucho y a quien echo mucho de menos. Se dejó morir. Solo, escondido, para que nadie sufriera y nadie pudiera socorrerle. Dejó de luchar, así de sencillo. Estaba atrapado en una adicción que no podía soportar y de la que no era capaz de librarse, porque él era bueno, quizá demasiado bueno.
Yo no pude o no supe ayudarle y la sensación de impotencia aun me persigue aunque intento no sentirme culpable.
Pero no fui yo quien dejó de luchar, fue él. Quizá yo no lo supe hacer bien pero nunca me rendí porque tenía esperanza en que podía salvarse y ser y hacernos a todos muy felices.
Hoy cualquier mirada hacia atrás, resulta inútil. No volverá. Sólo espero que su recuerdo me de fuerza para seguir luchando por cambiar la injusticia que nos atenaza cada día más y que la impotencia ante una batalla perdida no consiga minar mi espíritu de lucha y mi esperanza de lograr para todos un mundo mejor. A mi manera... aunque me equivoque.

 ¡Rober! Te quiero.

jueves, 23 de febrero de 2012

DELEGADA DIMISIÓN

Es curioso, hace más de un año que cree un blog con la sana intención de escribir y escribir y hasta el día de hoy, no había escrito absolutamente nada.
Esta claro que cuando lo hice, no entendía muy bien para qué y había decidido convertirlo en un pequeño diario, a lo que, por otra parte, no le encontraba mucho sentido.
Pero durante este año, lo que en aquel momento supuso mi inspiración para crear este blog, ha tomado sentido por completo y ahora ya le he encontrado su verdadera razón de ser y utilidad. Se trata de compartir con los demás todas aquellas cosas que resultan importantes para tí y que para muchos otros, también podrían resultarlo. De momento no voy a tener grandes pretensiones, porque como todo lo que uno acaba de conocer, necesitaré una toma de contacto y tiempo de esfuerzo y dedicación hasta que consiga que este blog sea un poco una ventana de mi misma al exterior.
La verdadera razón de comenzar esta nueva aventura reside en que, desgraciadamente, estoy demasiado preocupada por el giro que están tomando los acontecimientos últimamente y que he decidido que yo también quiero tomar cartas en el asunto, actuar y dar mi opinión y, sinceramente, las 140 letras de tweeter me traen por la calle de la amargura; siempre me dejan con la palabra en la boca.
Son muchos los problemas que me preocupan en la actualidad, por ejemplo: las políticas europeas que condicionan las decisiones políticas en nuestro país, la propia política en nuestro país que está pasando a convertirse en un sistema de mantenimiento de una clase social dominante al margen del pueblo, la justicia y la injusticia, la igualdad y las desigualdades, el hambre en el tercer mundo, los que sufren penurias y enfermedades, en fin, supongo que todas aquellas cosas que a vosotros os importan también.
Pero si de verdad hay algo que me ha dado el definitivo empujón para lanzarme a esta nueva aventura, ha sido comprobar que la voz del pueblo poco importa a nuestros gobernantes. Sufro una tremenda indignación por todos los hechos ocurridos en los últimos días en Valencia y no puedo dejar de manifestarla tanto acudiendo a las protestas como desahogando mi enfado en el tweeter, con mis compañeros, con mis familiares... Por eso quería compartirlo de una forma más amplia con vosotros.
Llevo, como digo, varios días más que indignada y durante todo este tiempo he oído comentarios, noticias y opiniones de todo tipo con respecto a lo ocurrido con los chiquillos del Instituto Lluis Vives y la tremenda agresión policial; y desde aquel primer instante en que supe que agentes de la Policía Nacional habían agredido a menores de edad, mi indignación va "in crescendo"; porque ni me importa por qué los chiquillos estaban protestando en realidad: si por la calefacción, si por los recortes, si por su dignidad; ni me importa de dónde ha partido la iniciativa de hacer esto de dominio público mundial, ni me importa a quién pueda beneficiar o perjudicar esta polémica. Lo único que me importa, y que no voy a dejar de gritar, es que lanzar a los antidisturbios para disolver sobre todo a niños y profesores de Instituto, utilizando armas -porque en una agresión, una porra es un arma- en tal despropósito, es un comportamiento que ha pasado por encima de los Derechos Fundamentales, de la libertad de expresión, incluso de los mundialmente reconocidos Derechos Humanos y creo que ese comportamiento, como madre y como persona, en un Estado supuestamente democrático y de Derecho no se puede disculpar.
Por ello, la Delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, creo que en justicia, debe dimitir.
Y mi indignación es cada día mayor. Los ciudadanos no dejamos de salir a la calle, y vamos a seguir saliendo, creyendo que tenemos derecho, no sólo a manifestarnos, sino a obtener el resultado que con ello pedimos. Pero veo que estos políticos que en teoría dicen que nos representan, ni nunca han asumido, ni asumen, ni asumirán responsabilidades (y no me importan los colores o ideologías que representen). 
Y lo siento mucho, pero no lo puedo soportar. Aquí sólo hay dos posiciones que se han encontrado: la ciudadanía que ha solicitado la dimisión de un simple político y la prepotente clase política que nunca asume su responsabilidad. Y si en un ataque tan flagrante a los Derechos Humanos con una repercusión al nivel que está teniendo, no va a caer ni siquiera un pequeño eslabón de su cadena política, preparémonos porque el futuro será votar para hacerles el juego democrático y aceptar que la realidad es que son ellos los que ostentan la soberanía del Estado porque consideran que con sus votos nosotros les hemos legitimado. ¿Dónde quedarán los derechos? ¿Dónde estará nuestra libertad?