domingo, 24 de junio de 2012

GUERRAAPOCOYO


Una vez más, estoy más que indignada. Esta mediodía he visto un reportaje de “Salvados” que no había visto antes y me ha llevado al límite del colapso. No podía dar crédito a lo que estaba oyendo.
Muchas veces una se pregunta lo que piensan y sienten los demás y por supuesto sospechaba que los ricos y los empresarios se consideran los motores del mundo pero lo que no me podía imaginar es que podían creerse dioses y ser tan inhumanos. Por supuesto que generalizar esta mal y desde luego que me gustaría pensar que no todos son iguales pero sospecho que en el fondo, la gran mayoría de ellos, visto lo visto, debe pensar lo mismo o muy parecido.
El caso es que Jordi Evole, intentaba saber qué opinaban los ricos y los empresarios de subir los impuestos a las grandes fortunas tanto en España como en Francia, y entre otros impresentables, ha entrevistado al dueño de la imagen de Pocoyó. Mi sorpresa ha sido mayúscula. No sólo no estaba de acuerdo -por supuesto- en que tuviesen que pagar más los que más tienen sino que además cree que la solución para España sería llenarla de ricos y que habría que premiar a aquel que consiguiera convencer a 100 ricos para que viniesen a vivir aquí porque si gastaban su dinero divirtiéndose aquí (en cacerías, navegando, etc. etc.), se crearían puestos de trabajo. No es que lo haya dicho exactamente así, sino que es la conclusión que yo he sacado. No obstante, supongo que muchos de vosotros lo habréis visto y si no lo habéis hecho, os aconsejo que lo veáis, pues eso mismo pienso volver a hacer yo para tener muy, pero que muy claro, con quienes nos estamos jugando los cuartos.
Yo no voy a salir en la televisión diciendo lo que pienso de esta clase de ricos, ni sé realmente lo que sienten ni lo que hacen, pero tengo mi blog, y lo que sí que tengo muy claro es lo que debería sentir la clase trabajadora y, como tal, yo, me he sentido absolutamente despreciada con la opinión de este señor y por eso os lo cuento a vosotros aunque me dirija a él.
Porque este señor rico que sólo piensa en los ricos, creo que no ha pensado suficientemente en quienes son los que le han hecho rico a él. No parece ser consciente de que la clase trabajadora, con nuestros salarios de mierda, compramos los productos de Pocoyó que él vende; porque no creo que se hubiese hecho rico sólo vendiendo mochilas, sandalias, libros, balones, etc. etc. a los ricos, sino más bien a los millones de pobres de este país o de este mundo. Y ahora, en estos momentos de crisis en que tan duramente estamos viviendo nosotros -porque desde luego que los ricos y poderosos como él, no- se atreve a decirnos a la cara que nosotros estamos para servirles a ellos y que además tenemos que estarles agradecidos.
Pues mire usted, Sr Pocoyó. A partir de ahora, les voy a seguir la pista, a usted y a otros muchos Pocoyós como usted que se creen muy importantes y muy listos porque han hecho una mierda de dibujito y han conseguido convencer a millones de personas para que compren los productos que ahora a usted le hacen rico; o porque ponen a sus ropas, a sus diseños, a sus productos y a sus obras una determinada marca y han conseguido también convencer a una serie de personas de que por llevarlas van a comprar más calidad o a ser más “glamurosos” o más parecidos a ustedes.
Y no sólo voy a cuidarme muy mucho de que ni uno sólo de mis euros acabe en sus manos, sino que además averiguaré quienes son todos ustedes e intentaré convencer a muchos otros honrados trabajadores de este país que nunca se harán ricos con la mierda de sueldos que ustedes les pagan tan generosamente, de que hagan lo mismo que yo.
Y empiece usted a rezar para que nunca tenga yo el poder que usted cree tener hoy porque dedicaré todos mis esfuerzos a intentar conseguir que en este mundo haya justicia social y que gane más dinero el que más doble el lomo; el que más sude bajo los rayos del sol para construir las carreteras por las que usted circula con su coche de no sé cuantos miles de euros; a quienes cultiven las tierras para que usted vaya a gastar su dinero en “medio comer” chorradas de diseño porque nunca ha pasado hambre; a quienes trabajan a turnos en fábricas de montaje con los horarios cambiados cada semana durante al menos ocho horas fabricando los artículos a los que luego usted pone su monigote para que cuesten mas; a los mineros que se dejan la salud y los pulmones en las minas; a las enfermeras que le limpiaran a usted un día el culo, si lo necesita...
En resumen, lucharé porque en este mundo el dinero esté en manos de quienes viven de su trabajo y no sólo en manos de quienes -como usted- viven de la inocencia de aquellos que cuando compran sus productos, no piensan en que están creando monstruos sociales -como usted- que no se conforman con vivir como Dios, sino que además están convencidos de que quienes tienen que pagar los impuestos y malvivir son los pobres que no han sido tan listos y emprendedores como usted.
Y a usted y a todos los ricos como usted que piensan como usted, no les deseo lo peor, pero si les deseo que desaparezca de sus manos toda esa riqueza que llevan acumulando durante años a costa del sudor de los pobres y que se tengan que ganar el pan con el “sudor” de su frente que no debe ser nada tan malo, ya que es lo que hacen millones de personas en este país que no son emprendedores tan listos como usted o que ni siquiera tienen la oportunidad de serlo y lo que muchos de ellos ni siquiera pueden hacer porque a ustedes no les resulta rentable invertir nuestro dinero si no es para seguir haciéndose cada día más y más ricos.

domingo, 17 de junio de 2012

SOMETIDOS


Desde que hace un tiempo comencé a ver y a recibir mensajes con la palabra “DESPERTAR”, mis sentidos están alerta, más alerta que nunca, a todo lo que veo, oigo, siento y pienso.
Tanto es así, que empiezo a ver lo que es y lo que no es. Y empiezo a darme cuenta de que ese es realmente el problema: lo sumamente difícil, por no decir imposible, que es distinguir la ficción de la realidad.
A simple vista, todos nos creemos capaces de distinguirla porque partimos de la base de que la verdad es lo que nosotros nos creemos y la ficción, todo aquello que no nos podríamos creer ni aunque lo tuviésemos delante de nuestras propias narices. Yo al menos, creo que esto es así.
A cierta edad, después de haber hecho no sé cuantísimas horas de ver televisión, tienes la sensación de haber visto de todo: extraterrestres, seres demoníacos, monstruos, dinosaurios, mutantes; vida en el centro de la tierra y en otras galaxias; el cielo y el infierno; gente con poderes sobrenaturales y personas muy miserables, personas muy pobres, víctimas y verdugos; indios, vaqueros, samurais, esclavos; vida en otras dimensiones; ritos satánicos y exorcismos; gente mala, muy mala, tan mala que no quieres creer que pudiera existir en nuestra realidad; reyes, emperadores, dioses, locos; griegos, romanos, vikingos, bárbaros; asesinatos, conspiraciones, droga, sexo, abusos; tráfico de órganos, de personas, de armas, de estupefacientes; secretos de Estado, secretos vaticanos, guerras, espionaje; muerte a pequeña escala y a muy gran escala; enfermedades, epidemias, accidentes, atentados, catastrofes naturales y catástrofes provocadas por el ser humano...
En fin, podría seguir horas y horas recordando imágenes televisivas pero, debo reconocer, que la mayoría de ellas, poco o nada han tenido que ver con mi vida cotidiana o anodina, como le prefiramos llamar.
Es por ello que tengo que hacer un importante acto de fe para creer en la mayoría de todo lo que yo no he visto fuera de la pequeña o la gran pantalla; aunque mucho de ello sí creo que realmente existe y es o fue así, muchas otras imágenes, me parecen simplemente puro teatro.
El problema que se me representa ahora es que cuando miro la realidad a mi alrededor -lo que más o menos puede uno creer que es la realidad para que no le llamen loco- veo lo mismo: un puro teatro con millones de extras, muchísimos actores secundarios, muchos actores de reparto y una importante élite protagonista en muchos ámbitos: la economía, la política, la religión, el deporte, la música, la cultura, el periodismo, la moda, o aquellos otros que simplemente han nacido en posiciones de privilegio, etc. etc.
Casualmente son, precisamente estos últimos, los que ocupan la mayor parte del tiempo las pantallas de nuestros televisores y los que dibujan tanto nuestra realidad como nuestra ficción, por lo que, “de un tiempo a acá”, sólo me asomo a ella para intentar saber qué es lo que están tramando aquellos que han sido elegidos para que dicten las leyes que gobiernan y dirigen nuestros destinos.
Pero, ¿qué he encontrado como sustituto de la televisión para entretenerme, informarme o aprender? INTERNET. No llevo demasiado tiempo en este mundo virtual pero sí lo suficiente como para tener todavía más complicado distinguir la ficción de la realidad; porque, en este nuevo mundo, sí somos todos protagonistas -de momento- y a la clarísima manipulación que ejercen el resto de los medios de comunicación, se une la locura o la cordura de muchos otros seres humanos que, como yo, intentamos dar a conocer al mundo lo que creemos que es “la realidad”. Sin dejar de saber que también por estos lares están presentes los intereses económicos, en el más amplio sentido de la palabra, porque si hay algo que cada vez voy teniendo más claro, es que este planeta está gobernado por el dinero.
Pero internet tiene todavía muchísimo más peligro y muchísimo más poder de lo que a simple vista puede parecer; porque, si estamos de acuerdo en que el dinero es el poder que maneja los hilos, internet no deja de ser eso, hilos, una inmensa red de hilos a la que cada día más y más seres humanos estamos vinculados para sacar nuestro dinero de los bancos; para acceder a nuestros historiales médicos, delictivos, fiscales; para informarnos, incluso para comunicarnos, organizarnos o simplemente para desahogarnos y protestar.
Bueno, no era exactamente esto lo que os quería contar, aunque sí me parece interesante tenerlo en cuenta.
Tenemos montones de frentes abiertos en esta batalla que, quienes tienen el capital, han puesto en marcha para someter a los más desfavorecidos -de momento, mediante sus políticas económicas- pero, algo en mi interior -creo que se llama intuición- me dice que esta vez, esto no va a ser suficiente y tengo la impresión de que esta vorágine de crisis económica en la que el dinero ha dejado de ser real y ha pasado a ser virtual, no se va a solucionar tampoco con economía real sino de alguna otra manera.
Así que, me he pasado al lado de quienes creen en que una gran conspiración de la élite mundial es posible e intento ver alguna señal de por donde pueden venir los tiros entre tanta teoría y tanta desinformación, con el único objetivo de ponerme a salvo yo y a los míos a tiempo y, a ser posible, advertir a otros seres humanos para que puedan ponerse a salvo de lo que pudiera venir, sea natural o provocado.
No pretendo meteros el miedo en el cuerpo, incluso pensar en que estoy como una verdadera cabra, podría también ser una buena opción.
Me conformaría con que intentéis ver un poquito más allá de lo que la televisión nos muestra y que miréis con más atención la realidad a vuestro alrededor, poniendo el máximo interés en las personas y no en el dinero; en los sentimientos y no en el confort y en los placeres; en la solidaridad y no en las batallas.
En definitiva, tendiendo los hilos entre los seres humanos en la proximidad y no en la distancia que, en definitiva, es lo que es internet. Si algún día hemos de organizarnos y no podemos comunicarnos a través de esos hilos, estaremos solos y desarmados frente a ellos y su poder, que lo tienen y mucho.
Y poner mucha atención al “Nuevo Orden Mundial” que viene orquestado desde Norteamérica y que va mucho más allá del mundo financiero. No sólo tratan de imponernos sus políticas económicas y sociales, quieren quedarse con todo y dejarnos sin nada: sin dinero, sin derechos, sin libertad y sin dignidad; SOMETIDOS.


domingo, 10 de junio de 2012

NO ME CREO NADA


Que yo “no soy naide”, es un hecho. Y no es sólo porque lo diga yo, sino porque es una verdad como un templo, al igual que muchos de vosotros, tampoco sois “nadie”, al menos individualmente considerados.
Que yo soy una de los “nadies” que se niega a cerrar los ojos ante la realidad, eso espero que también sea un hecho, aunque no siempre ha sido así ni, por supuesto, puedo comprometerme a que sea así en el futuro.
Lo cierto es que este fin de semana, en el que muchos estaban pendientes de los resultados de la “eurocopa” -de si ganaba Nadal (Mapfre) o Alonso (Botín), o la selección española (ahí ya me pierdo)- yo estaba bastante mas preocupada por el resultado de la reunión del Ministro de Economía con los representantes de Economía del resto de Europa, con la mediación del Fondo Monetario Internacional (por videoconferencia, por cierto; gran invento para no tener que gastar tanto dinero público en viajecitos y reunioncitas que siempre, al final, quieras o no, acaban siendo comiditas y cositas de esas que unos u otros ciudadanos, al final acabamos pagando).
Desde luego que si hubiera apostado a la lotería sobre si nos rescataban o no, habría tenido bastante más suerte que acatando lo que, según mi ignorante apuesta, creí que estaba cantado: “El Gobierno de España solicita ayuda a la Unión Europea”.
Ellos dicen que no nos mienten y nosotros nos lo tenemos que creer pero hay que reconocer que, si miembros del Gobierno negaban que fueran a pedir ayuda y al final la han pedido y se la han concedido, lo que está claro es que no nos estaban diciendo la verdad (o el resto de los miembros del Gobierno, no tenía ni idea de lo que tramaban De Guindos y Rajoy, que todo puede ser).
El caso es que después de todo, los pronósticos se han cumplido (los míos y los de otros muchos nadies) y resulta que España ha solicitado ayuda a Europa.
Luego está la forma en la que nos lo quieran vender; rescate, apoyo, victoria, salvación. Yo, como Rajoy, no voy a entrar en terminologías que en definitiva, a nada conducen.
Porque no entiendo de economía y porque no estoy ya muy segura de entender algo, me voy a entretener simplemente en destacar algunos significativos (o no) detalles.
He seguido las tres ruedas de prensa al respecto, porque, aunque a lo mejor podía haber tenido alguna que otra cosa mejor que hacer (o que no hacer), me preocupaba el asunto.
Me ha llamado la atención que en las ruedas de prensa del Ministro de Economía y del Presidente del Gobierno no se hayan visto las caras de quienes preguntaban, mientras que en la de Rubalcaba, sí. Todo visto en TVE 24 horas. Supongo que no será significativo ni tendrá nada que ver pero como a mí me ha resultado curioso, pues así lo cuento.
Por otra parte, y yendo al grano porque sólo puedo compartir mis impresiones, diré que he visto a dos políticos diciendo lo mismo. Cada uno dirigiéndose a sus votantes y diciéndoles lo que querían oír pero de la mano en un mismo barco: el sometimiento a los mercados, el sometimiento al capital y el sometimiento a la Unión Europea que, si ya decidía mucho sobre nuestros destinos, ahora, una vez que nos ha hecho más deudores -nos ha convertido en más siervos de sus designios, de sus políticas, de sus decisiones, de sus objetivos o de sus fines- y vistos los últimos acontecimientos, a los ciudadanos de a pie, a los pobres trabajadores y a la mayoría de los seres humanos de este país, poco o nada nos va a beneficiar.
Y ambos de acuerdo -todo hay que decirlo- en que el objetivo, de unos y otros, nuestros dignos representantes, es crear empleo (aunque cuando eso sea una realidad, trabajemos en condiciones poco humanas, sin derechos, sin dignidad y destinando todo el dinero que ganemos a pagarles a ellos -los mismos- nuestra salud, nuestra educación y en definitiva, nuestra supervivencia) y pidiéndonos a la gente de bien, solidaridad.
No se a quien nos podemos encomendar porque, lo que a estas alturas tengo ya bastante claro, es que, con sus maniobras y con su manipulación, habrán conseguido convencer a sus aficiones de que España va bien. El PP prometiendo que hará realidad sus promesas de crecimiento y prosperidad a quienes representa. Y el PSOE prometiendo que velará porque los trabajadores y las clases medias (que parece ser que no son trabajadores), no sufrirán las consecuencias porque para eso están ellos ahí.
Y yo, perdonar que os diga, que no me creo nada ni por supuesto creo a unos ni a otros.
Eso sí, mientras nos distraen con la Eurocopa y con las Olimpiadas, ellos estarán, además, decidiendo nuestros destinos.
NO OS DURMÁIS Y NO LO IGNORÉIS SI QUERÉIS TENER ALGUNA POSIBILIDAD FRENTE A ELLOS.

martes, 5 de junio de 2012

NIÑAS DE ALCACER


Hoy me voy a conceder la licencia de creer que me estoy volviendo loca.
Visto el mundo a mi alrededor y el desarrollo de los acontecimientos, creo que tengo derecho a esta licencia.
El desarrollo de los acontecimientos políticos y económicos me está desquiciando bastante, he de reconocerlo; y supongo que -por otro lado- es bastante lógico pues me debato diariamente entre una realidad que no quiero creer y otra que hace que me sea francamente difícil ignorarla.
No sé de donde viene la manipulación; esa es la verdad. Mi inteligencia no llega muy lejos y como ya no soy capaz de creerme nada de nada, me siento incapaz también de distinguir entre la fantasía, la realidad o mi fantasía y mi realidad.
Así que me dedico a divagar y a pensar, única y exclusivamente, en las cosas que no me cuadran a mí. A decir verdad, cosas que nunca me han cuadrado y que por lo tanto colocan a la mosca detrás de mi oreja.
Muchos pensareis que me estoy volviendo majara; probablemente llevaréis razón. Y que conste que hay muchas veces en que pienso en que sería lo mejor que podría pasarme, pues nací con una estúpida sensibilidad que tan sólo la coraza de la locura podría proteger.
Podría enumerar cientos de cosas que nunca me cuadraron y que siempre intenté ignorar.
No voy a negar que la vorágine de internet me arrastra, como a cualquiera de vosotros -supongo- a navegar en un mar de desinformación y manipulación; porque llamarlo información, probablemente sería la prueba más fehaciente de que estoy perdiendo el norte.
Podría hablaros de montones de moscas detrás de mis orejas empezando por cosas tan sencillas como: las guerras del último siglo; la posibilidad de que existan seres de otros planetas o que realmente los seres humanos posean capacidades que todavía no han descubierto provenientes de la energía universal de nuestra galaxia.
Supongo que podría hablaros de muchas cosas que no os son ajenas y que al igual que a mi, tampoco os son indiferentes por mucho que -supongo que como yo- intentéis alejarlas de vuestras mentes sensatas.
Sin embargo, siempre hay espinas que se quedan clavadas en el corazón.
Es cierto que mis fantasmas -muy probablemente- tampoco han aparecido en mi presente por casualidad aunque no sepa muy bien distinguir entre si hay un interés en que así sea o es que muchas conciencias -como la mía- no quieren cerrar los ojos a la verdad o como mínimo necesitan que una verdad exista; máxime cuando muchos días pienso en que ni siquiera yo misma se muy bien quien soy.
Bueno, al grano.
El caso de las niñas de Alcasser, jamás me lo pude explicar.
Ni pude explicarme como aquellos dos “mindunguis” podían tener tanta maldad ni por supuesto como aquellos dos “mindunguis” ¡solos! podían haberla llevado a cabo; menos todavía cómo uno de ellos había escapado de las fuerzas de seguridad del Estado cuando toda España llevaba tres meses con el alma en vilo y muchísimo menos como una sola persona podía estar cumpliendo una pena -parte de ella en la Cárcel de -¡ojo al dato!- Herrera de la Mancha- por la muerte, violación, vejación (y... quien sabe cuantas barbaridades más) de tres jóvenes adolescentes; no una ni dos, sino tres.
Pero entonces la “justicia” juzgó, condenó y enterró el asunto y, a día de hoy, esa es la verdad.
No obstante, un buen día, te desayunas con filtraciones de la “Santa Sede” y te traen a colación el caso de otra adolescente desaparecida y... ¡no es que vayas a pensar cosas raras! pero te recuerdan aquel macabro suceso y te pones a indagar.
Por supuesto que no llegas a ninguna conclusión pero recuperan de tu memoria otras muchas adolescentes que pagaron con su vida y que sufrieron vejaciones en otros muchos lugares de España y probablemente del mundo; y lo único que de verdad te causa una gran desolación es no comprender o no saber quién o por qué.
Así he recordado el caso de Rocío Wanninkhof y de Sonia Carabantes -extravagantes y sorprendentes donde los haya- ya que después de marear y marear y culpar a quien no era y de no se cuentas vueltas más dadas al asunto, finalmente recayeron las culpas en un inglés -supuestamente ya asesino y violador en su país- que vivía tan ricamente en España que fue inculpado gracias al ADN de una colilla de cigarro encontrada en el descubrimiento del segundo cuerpo y que, curiosamente, también cumplió o cumple -porque luego casi todo se olvida- condena en la cárcel de Herrera de la Mancha ...
O el caso de Marta del Castillo, cuyo cuerpo tampoco ha sido encontrado (por más que nuestra eficiente policía, nuestra eficiente justicia y nuestra eficiente prensa se ha volcado en esclarecer, juzgar y condenar...) y en el que también hay un solo culpable cumpliendo condena.
Bueno, lo dicho.
Que cuando a alguien se le va la olla, se le va a Camboya.
Mi único deseo en este momento es haberme convertido en una auténtica paranoica y que nunca nadie en este mundo pueda demostrarme que, al menos, algo de cordura había en mí.

viernes, 1 de junio de 2012

REPUBLICA


Es curioso pero en este país siempre hay temas espinosos. La verdad es que algunos de ellos, muy espinosos.
Uno de tantos es el tema “República”: ¡¡¡Vade retro “Satanás”¡¡¡. De qué estás hablando¡¡¡?
Pues de eso precisamente; de lo que es una República: Una forma de Gobierno.
Claro que eso, en España, viene a ser lo mismo que invocar a un fantasma con el cuerpo envuelto en una bandera tricolor que directamente nos devolviese a una cruenta guerra civil.
En fin, yo, intentaré ser lo más objetiva que pueda porque me tocó nacer en una época y en unas circunstancias, en las que tan sólo he conocido un poco de lejos las consecuencias de aquello que, queramos o no, forma parte de la historia reciente -para algunos supervivientes, quizá aun demasiado reciente- pero de la Historia al fin y al cabo, y que muchísimos de nosotros hemos vivido por herencia o de refilón.
No voy a negar que mi abuelo luchó en el bando republicano -pues así, me lo contó y así me lo creí- pero, a decir verdad, en las historias de la guerra que me relataba, siempre noté en él más tristeza por la absurda confrontación que una verdadera defensa de algún pretendido ideal, aunque el resentimiento contra los “supuestos” vencedores, siempre quedó patente en ellas –o al menos, yo así lo sentí-.
Sin embargo, voy a pasar de relatar historias que no he vivido y voy a intentar transmitir mi vivencia respecto de aquel pasado que sólo debería servirnos para construir un futuro -porque si no es para poner la mirada en un futuro mejor, preferiría callar-.
Allá por el 75, yo era una niña de 10 años. Todo aquello de la dictadura, la muerte de Franco o la toma de posesión del príncipe de España, coronado como Rey, como Jefe del Estado, me era en general bastante ajeno, aunque he de reconocer que también me resultaba muy espectacular.
De política no tenía ni idea -ni que decir tiene-, así que, acostumbrada a leer cuentos de príncipes y princesas, mis ojos se detenían en el hijo de aquel Rey, que pronto pasó a ser príncipe y que, para que lo voy a negar, me parecía “guapísimo”, hasta el punto de llegar a fantasear que, ¿por qué no? un día podría enamorarse de mí.
Volviendo a la realidad -pues los cuentos, cuentos son-, pronto me di cuenta de que semejante utopia, nunca estaría dentro de "mi realidad". Era un príncipe de sangre azul y jamás llegaría a conocerme y mucho menos a enamorarse de mi.
Lejos, muy lejos estaba también de entender ni de preguntarme por qué aquel “monísimo” pimpollín -el más pequeño de sus hermanos- sería el heredero del reino -a pesar de tener dos hermanas mayores que él-, pues como ya he dicho antes, yo, a esa edad, ni sabía lo que era una Constitución, ni entendía el derecho de igualdad -de hecho, mientras mis hermanos veían el “sabadaba” los sábados por la mañana, yo limpiaba la casa con mi madre-, por lo que entendía que la vida, era así.
Sin embargo, ahora tengo 45 años y muchas cosas han pasado desde entonces en mi existencia y, por qué no decirlo, también en este país.
Y, por eso, y porque ya estoy muy “talludita”, ahora sí que me pregunto -no una cosa- montones de cosas en relación con esta película de “Sissi emperatriz”, que ahora me tengo que tragar cuando ya, no me creo nada.
Que a pesar de tener cuarenta y cinco años, yo no voté esta Constitución; eso es un hecho.
Que a pesar de que la Constitución proclama el principio de igualdad, así como un derecho para todos los españoles de no discriminación por razón de sexo, el niño es el heredero de la Corona -habiendo dos mujeres por delante que deberían tener preferencia en la sucesión- ; eso es un hecho.
Que el niño ha elegido casarse con una periodista, divorciada, (¿anoréxica?) que se ha hecho una reconstitución de cara para ser de lo más “mona” o de lo más “chic” y que, si nadie lo repara, se convertirá en ¿"nuestra reina"?; eso es un hecho.
Que la Corona ha dado muestras más que evidentes de ser una vergüenza para este país con el tema “Urdangarín”, (por no hablar de Bostwana ni del del “Club”? Bildelberg); eso es un hecho.
Que con la Constitución en la mano nos intentan vender que la próxima heredera de la Corona será la Infanta Leonor a pesar de que, según lo que ahora mismo dice, si los "principitos" tuvieran un nene, no se comería una rosca; eso es un hecho.
Que creo, cada día más firmemente, que esto es una farsa y que las nuevas generaciones -que ya casi somos viejas- deberíamos tener derecho a decidir si queremos seguir manteniendo esta -para mí, en el siglo XXI- "estúpida" forma de gobierno que es la “Monarquía Parlamentaria” o elegir una forma de gobierno verdaderamente democrática donde mande la soberanía del pueblo y no las reminiscencias de una dictadura que nos dejó hasta la herencia de quien debía continuar como Jefe del Estado; es un hecho.
Que estoy a favor de una reforma constitucional en profundidad, para que ella, nuestra Constitución, sea la que dirija -fuera ya de las presiones post-traumáticas de la dictadura que gobernó las vidas de los españoles durante cuarenta años- y no los políticos que nos han robado la soberanía, es un hecho.
Que no tengo miedo a decir lo que pienso, es un hecho.
Que yo desde mi blog sólo puedo dar mi opinión, es un hecho.
Que todos los ciudadanos de este país tenemos algo que decir, que opinar y que decidir; es un hecho.
Que decidamos poner punto y final a esta farsa es cosa de todos. Yo, con la libertad de expresión que la Constitución me reconoce, sólo puedo opinar que: VOTARÍA POR UNA REFORMA CONSTITUCIONAL QUE VUELVA A PONER LA DEMOCRACIA EN SU SITIO Y, POR SUPUESTO, VOTARÍA POR UNA REPUBLICA.