domingo, 8 de junio de 2014

ME TIRAN DE LA LENGUA

La verdad es que no pensaba hacer un post sobre el actual debate entre Monarquía y República pero al final, de tanto oír hablar de lo uno y de lo otro, de ver tanta propaganda monárquica y de observar la “realidad” que cuentan los medios, acaban consiguiendo tirarle a una de la lengua.
A estas alturas, y a la vista de los argumentos para negar la evidencia -o lo que a mi me parece evidente- que esgrime la mayoría de la clase política que se sienta a día de hoy en nuestro Parlamento y en nuestras tertulias , ya no sé ni si he entendido en qué consiste una república, ni tampoco cuándo y cómo puede convocarse un referéndum.
Respecto a lo del referéndum, la verdad es que estoy todavía por saber a qué sentencia se refieren cuando dicen cuál es el procedimiento que hay que seguir pero respecto a lo de la forma política del Estado, según mi humilde entender, en términos generales y sin entran en modelos, se resume así:
  • En el caso de una República Democrática, el acceso a la Jefatura del Estado se produce a través de las urnas mediante el ejercicio de sufragio del pueblo, titular de la soberanía, pudiendo optar a ocupar el cargo cualquier ciudadano en condiciones de igualdad, sin discriminación alguna. El Jefe del Estado ocupa el cargo para el que ha sido elegido durante un determinado periodo de tiempo al final del cual, en el caso de querer volver a salir elegido, habrá de someterse de nuevo a la voluntad del pueblo que podrá ratificarle su confianza o por el contrario, elegir a otro que también opte y que los ciudadanos consideren que puede hacerlo mejor.
  • En el caso de la Monarquía -parlamentaria o no- el acceso a la Jefatura del Estado se produce por razón de nacimiento a través de la sucesión -independientemente del mérito o la capacidad- en la persona del legítimo heredero -en el caso español, además, con el agravante de preferencia del varón a la mujer-. El rey ocupa la Jefatura del Estado con carácter vitalicio, siendo inviolable y no estando sujeto a responsabilidad. A esto es a lo que le llaman estabilidad, aunque a mi entender -confiera estabilidad o no- rompe por completo el carácter democrático y los principios de igualdad y de no discriminación.
No obstante reproduzco los artículos de nuestra Constitución, -escrita, afortunadamente, porque a veces oyendo las interpretaciones que hacen los políticos, los abogados e incluso los tribunales superiores merced a su superior potestad de interpretación, parece que algunos nos la inventamos- y añado, entre paréntesis, algunas apreciaciones personales.
Art. 1
  1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. (Podía haberse encabezado con: con excepción de lo dispuesto en el Título II que regula la Monarquía pero hubiera quedado un poco mal).
  2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
  3. La forma política del Estado español es la Monarquía Parlamentaria (bien pudo haberse escrito la República Democrática, República Federal o cualquier otra forma de forma política, creo yo).
Art. 14
Los españoles son iguales ante la ley (¿ante todas las leyes pero no ante la Constitución que es la Ley Fundamental a la que se supedita todo el ordenamiento jurídico?), sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. (Lo normal sería que si los miembros de la familia real son españoles, estuvieran incluidos también pues no admite discriminación alguna, pero, curiosamente no. Y en lo que afecta a la propia Institución de la Corona, y por tanto a la Jefatura del Estado, sucede justo al revés, que los que estamos excluidos, y por tanto discriminados, somos todos menos uno, con su consiguiente raza, sexo (y si me apuras, hasta religión).
Art. 57
  1. La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S.M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos.
Las razones por las que la Constitución Española fue redactada en esos términos, tampoco las tengo claras ya, porque muchas de las explicaciones que había oído y leído antes de que el rey presentase su renuncia, hoy suenan a ciencia ficción.
Supongo que tendrá que ver con el famoso consenso, aunque a mi me de la impresión de que parece que empezaron redactando un buen modelo pero que en ese modelo metieron al final, "a capón", el Título II (democracia e igualdad sí pero no sin el rey ni sin privilegios para él y para sus descendientes), como consecuencia del artículo 1.3 (que supongo legitima la excepción).
De cualquier manera, uno y otro sitúan al Monarca y a la Monarquía por encima, no solo de todos los españoles, sino incluso de los propios valores Constitucionales y del resto de las instituciones, por no decir del bien y del mal -por más que sus actos políticos hayan de estar siempre refrendados-. Y si eso no es darle poder a una persona y a una Institución, “¡que venga Dios y lo vea!”, campechano o no, y haya desempeñado bien su cargo o no. Personalmente me parece, como poco, incoherente y contradictorio, por no decir antidemocrático, injusto o absurdo, pero he de reconocer que no soy jurista y que la mayoría de estos en España, lo ha integrado muy bien. Y digo también lo de que parece que ese artículo lo introdujeron a capón, porque el resto del articulado parece bastante, cuando menos, justo y coherente, al menos como base.
El caso es que así se diseñó, así se asumió, así se ha seguido interpretando, así parece haber funcionado y así sigue desde entonces “el capón”, pues parece ser también, que no ha habido lugar -por parte de ninguno de los gobiernos del PSOE ni del PP durante todos estos largos años y largas legislaturas- a la iniciativa de "consensuarse" -como sí han hecho en otras ocasiones- para reparar, cuando menos, el agravio al sexo femenino y ni tan siquiera para desarrollar lo mínimo que deberían haber desarrollado: la forma en que, de producirse, se llevaría a efecto la abdicación del rey. Así que, claro, les ha pillado por sorpresa y ahora todo son prisas. Y menos mal que la sorpresa no fue ningún inoportuno varón.
Afortunadamente, para reparar estas nimiedades y otras varias también de base constitucional, existe algo así como el consenso o el pacto de Estado que en España, al menos en nuestra historia más reciente, se ha reducido a que los dos partidos mayoritarios se ponen de acuerdo para lo que ellos entienden que son asuntos de Estado o institucionales.
Y eso sí, claro está, siempre de espaldas a la ciudadanía que les vota, y, por supuesto, sin voluntad política de consultar en referéndum como sugiere, en lo que parece la voluntad de dar una cierta participación a los titulares de la soberanía, el artículo 92.1 (“Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos”). ¡¡¡No vaya a ser que la mayoría de ellos opine otra cosa, pobres ignorantes!!!, sobre todo si no hemos hecho antes una buena campaña de lavado de cerebro general.
A una le da por pensar que si algunos hubieran redactado hoy la Constitución, igual se les hubiera ocurrido pensar en borrar el punto 2 del artículo 1 (arriba citado) y así evitarse muchos problemas a la hora de decidir lo que nos conviene -aunque la verdad es que a efectos prácticos, últimamente -por consenso, por utilidad o por estabilidad-, lo cierto es que en muchos aspectos, pareciera estar tácitamente derogado y que estas formas de proceder se asemejasen mas al “Despotismo Ilustrado”, que a la democracia-.
¡Porque esa es otra!, ¡Qué desde la renuncia del rey, más parece que la ley suprema de nuestro ordenamiento fuese “el consenso del 77” y no “la Constitución del 78”!. Debe ser porque la Constitución del 78 incluye en su propio articulado los procedimientos para su reforma y en cambio el consenso, no.
Y sin embargo, parecen haber olvidado o no interesarles recordar, en qué contexto se llevó a efecto aquel famoso consenso de hace 37 años que aun hoy, algunos, pretenden que siga vigente:
  • Al finalizar un periodo de 40 años de dictadura y como consecuencia de la muerte natural de un dictador que se había alzado con el poder tras un alzamiento que provocó una guerra civil que acabó con un Estado democrático (República).
  • Tras dos años de Monarquía Absoluta de Don Juan Carlos de Borbón a quien Franco había designado su heredero (en este caso, no por la vía de la sangre sino por la misma vía por la que había hecho todo durante los casi 40 años que duró su dictadura).
  • En un momento de profunda crisis económica en el que el país se veía azotado por el terrorismo y la amenaza de un nuevo golpe de Estado que podría haber dado al traste de nuevo con la democracia, por otra parte, y a esas alturas de la historia, más que desarrollada en la mayoría de los países de Europa, esa Europa de la que pretendían -y poco tardaron en lograr- que formásemos parte (dudo yo mucho que hubieran aceptado una monarquía absolutista ni nada similar).
  • Durante el primer gobierno salido de las urnas en el recién inaugurado proceso de la transición que, como resultado de una amplia presencia del ansiado pluralismo político, carecía -sin determinados apoyos- de la capacidad de sacar adelante ninguna de las necesarias reformas.
  • Y que fue, además, precedido de unos Pactos, los Pactos de la Moncloa, de carácter económico, social, jurídico y político, en los que se tuvo en consideración a las asociaciones empresariales (que ahora van directamente a negociar de la mano del rey), a los sindicatos (hoy ignorados y ninguneados cuando no vilipendiados). Y que dichos Pactos fueron firmados por la Unión de Centro Democrático de Izquierdas (entonces al frente del gobierno y hoy desaparecida), Partido Nacionalista Vasco y Convergencia y Unión (hoy a la búsqueda de la independencia del Estado Español), , el Partido Socialista Popular (hoy desaparecido), Convergencia socialista de Cataluña (hoy desaparecida), el Partido Comunista (hoy un grupúsculo más en Izquierda Plural) Alianza Popular (hoy desaparecida y que parece ser que de puño de Manuel Fraga firmó el acuerdo económico pero no político) y el Partido Socialista Obrero Español, ¡el superviviente por excelencia! Y con su permiso, o sin él, hoy por hoy, el comprometido oficial.
¿Ese es el consenso que sigue vigente? De verdad que lo escucho y no lo creo. ¿De verdad tiene esto algo que ver con la actual España de las autonomías y con nuestra actual democracia y Parlamento? A mi lo único que me parece que sigue vigente es el PSOE y teniendo en cuenta que parecía ser un partido republicano -amen de socialista y obrero- ganas me dan de ponerme a llorar.
Y ni que decir tiene que en todo este “maremagnum real”, los ciudadanos ni están ni se les espera. Los ciudadanos no intervienen porque no tienen forma humana de intervenir. Porque ya, ni siquiera escuchan la voz de la gente en la calle, salvo para lo que les interesa: perseguir y criminalizar. Y porque el derecho de manifestación que recoge la Carta Magna, ahora lo interpretan como el derecho al pataleo -esto no lo dicen ellos, lo extraigo yo de como hablan de ello y de la forma en que le dan o ni le dan importancia y repercusión-.
Y por último, que ya me estoy extendiendo demasiado. El PSOE y el PP han decidido pactar, en este importantísimo momento histórico y con la única finalidad de coronar a Felipe VI -o como le quieran llamar porque para mi es el interino mientras no lo ratifiquen las urnas-, en base a la legitimidad y la representación de la voluntad de la mayoría ciudadana que les otorgaron los resultados electorales de 2011, cuando creo, y solo digo creo, que los que votaron al PP lo hicieron para que venciese y gobernase el PSOE y que los que votaron al PSOE lo hicieron para que venciese y gobernase el PP. Y probablemente, la mayoría de todos ellos, en la coyuntura de crisis que atravesamos, con la esperanza de que hubiera justicia social y puestos de trabajo dignos para todos.
Creo que los que votaron a a uno y a otro en las lecciones del 2011, querían respectivamente que ganaran esas opciones políticas porque confiaron en sus discursos y en sus programas pero lo que no tengo tan claro, es que la mayoría de ellos lo hiciera para que PSOE y PP fuesen de la mano -al menos no tanto como nuestros representantes parecen tenerlo-.
Y lo creo, sobre todo, porque eso, en ningún momento se planteó durante la campaña electoral ni creo que formase parte de ninguno de sus programas electorales, que es lo que en definitiva los ciudadanos votan para que se lleve a efecto durante la legislatura -o así lo entiendo yo- y porque ni tan siquiera -que yo sepa- forma parte de sus idearios, que para más “inri” eran, en el caso de los orígenes del PSOE, republicanos.
Y a las pruebas me remito cuando, durante estos casi tres años, no han dejado de echar sapos y culebras culpándose uno al otro de la lamentable situación que atraviesa nuestro país merced a las respectivas herencias recibidas y reprochándose, respectivamente también, los incumplimientos de sus programas electorales durante sus etapas de gobierno. Por no hablar de la corrupción, porque no sólo me extiendo sino que además, ¡me enciendo!. Se ve que eso, también contribuye mucho a la estabilidad.
Y desde luego que no creo yo que la actual situación sea como para que ahora se echen flores los unos a los otros ni como para que hablen de éxito de todos estos años de sus gobiernos, de sus mayorías, de sus consensos y de esta democracia, con la Corona a la cabeza de la Jefatura del Estado Español. Claro que, a lo mejor es que aun tenemos que esperar un reinado más para ver sus frutos.
Bueno, ya ha quedado claro que los ciudadanos no hablan pero ¿y los políticos y los periodistas? Los políticos sí que hablan y los periodistas, los periodistas ni callan, en especial en los medios propiedad del capital privado, que son el 90% o más, pero también en el que se supone que se financia con nuestro capital público y que debería, por tanto, ser objetivo e imparcial.
Y la mayoría dicen que la Monarquía es legítima (y lo será, que no digo yo que no sea legal) porque así se aprobó que lo fuera a través del referéndum por el que se votó la Constitución.
Y también dicen que la gente votó con libertad y sin el temor de que si se decía que no a la Constitución, el siguiente capítulo se volvería a escribir en términos de absolutismo.
Y dicen que en España no había miedo cuando se votó la Constitución pero la historia certifica que sólo pasaron 5 años hasta producirse el intento golpista del 23F, que todos sabemos como se resolvió, con sus luces y sus sombras. E insisten en que la gente no tenía miedo pero desde luego que los que los que estaban aquel día en el Congreso, parecían acojonados y seguro, también, que aquello de que muchos socialistas y comunistas hicieron las maletas aquella noche para salir pitando de España, tampoco fue un cotilleo de barrio. Se ve que entonces, no nos representaban.
Dicen tantas y tantas cosas para manipular la verdad y arrimar el ascua a su sardina, que no sé como pretenden que les podamos creer.
Aunque en realidad, a lo que más se dedican los medios de comunicación (manipulación) es a vendernos la Monarquía como si de un maravilloso e inimitable producto de moda se tratara.
Pero lo que no dicen es de qué forma aquel pueblo español -que no es el mismo pueblo ni la misma voz que hoy- podía haber dicho “no” a la Monarquía sin renunciar a mucho más del 95% de un articulado que seguramente estaban todos ansiosos de aprobar y que de hecho aprobaron. O simplemente, de qué forma podían haber dicho “no” o si les parecía más justa una República como forma “política” , la que fuera, de nuestro nuevo Estado, o si aceptaban a don Juan Carlos en calidad de rey, a la espera de un nuevo debate cuando se hubiera alcanzado mayor estabilidad y la suficiente madurez democrática. Simplemente pudieron aprobar, o no, la Constitución. Tal vez los políticos si lo decidieron pero los ciudadanos, NO!!!
Desde luego que no es Monarquía o República el asunto que más me preocupa en estos momentos, me preocupan mucho más el 28% de las familias en el umbral de la pobreza, las diferencias cada día más vergonzantes entre los que más tienen y los que ya no tienen casi nada y los derroteros que está tomando esta forma de democracia porque, lo veáis o no, lo están haciendo casi todo con absoluto desprecio a la soberanía del pueblo español y también al sufrimiento de muchos, muchísimos de sus ciudadanos.
Me da igual incluso que no se plantee ahora un referéndum sobre la forma política del Estado español, aunque está claro que yo lo quiero porque me parece que la Monarquía no es una forma política completamente democrática , por muy parlamentaria que sea y por mucho que en algunos países queden reminiscencias de un pasado privilegiado y medieval.
Y Porque no me parece ni medianamente razonable, por muy legal que pretendan que sea y será, que la única posibilidad que nos dejen a los ciudadanos de decir que queremos hacerlo efectivo, sea votando a un partido político para que lo lleve en su propuesta de programa de gobierno en las próximas elecciones, entre otro grueso de propuestas de políticas económicas y sociales que decidirán las vida de los ciudadanos para los siguientes cuatro años y con las que podremos estar de acuerdo, o no, independientemente de la forma política de Estado que queramos.
Y porque me parece que utilizar ese procedimiento, por muy legal que fuera, sería tan injusto y tan antidemocrático como creo que fue la supuesta ratificación de la Monarquía entre el grueso del articulado de la Constitución, por muy necesario que pudiera parecer, o ser, en aquella coyuntura histórica.
Y porque el rey ha renunciado ahora y yo, sí creo que precisamente por eso, ha llegado el momento ofrecer a la ciudadanía, lejos ya del fantasma de la guerra civil y de la dictadura, la posibilidad de decidir y de iniciar, tras el paréntesis, un nuevo y democrático proceso de transición hacia una democracia completa. Lo cierto es que llevo años esperándolo.
Y lo que creo es que, aunque lo consigan retrasar, más tarde o más pronto, si seguimos considerando que una democracia de verdad es el caballo de batalla, llegará una República. No sé de qué tipo pero creo que llegará. Y no porque desee ¡que triunfe la República! ni porque piense en la del 31 sino porque lo que de verdad deseo, con el corazón, es que lo que triunfe, sea la razón.
Porque el dinero empleado en educación, siempre es un dinero bien empleado y al igual que Felipe VI estará muy bien preparado, que no lo dudo, la juventud española también lo está y, con un 60% “a verlas venir”, tienen mucho tiempo para organizarse y trabajar para hacer reales y efectivos nuestros derechos y que dejen de ser sólo vanas palabras escritas en la Constitución. Si es que antes no se ven obligados a irse de España -que muchos, seguramente muchos de los mejores, se han ido ya-.
Pero para lograr eso, lo que parecen estar dejando claro, es que tienen y tenemos que sustituir a los que están ahora, bueno -prácticamente ahora y siempre durante toda esta nueva etapa democrática- y eso es a lo que de verdad, los que ahora detentan el poder, tienen miedo.
Y por eso es por lo que harán todo lo posible para blindarse intentando disfrazarlo de democracia mediante leyes, constitucionalidad, consenso, legitimidad y muchas otras mandangas más que solo ellos entienden.
Y advierto a la juventud, de que también ha quedado demostrado que igual que nuestra fuerza es el dialogo y la unión, la suya son los medios de comunicación (manipulación). Porque saben que mientras estáis viendo el fútbol o de botellón, no estaréis trabajando para defender vuestros derechos. Y que mientras enarboléis la bandera de España porque 22 multimillonarios han ganado el mundial, España irá bien para ellos.
Juzgar vosotros si para vosotros también.

Así es como yo lo veo, como siempre desde luego, desde la opinión, desde la ignorancia y desde la humildad pero espero que también desde el sentido común, ese sentido común que no debemos perder, interpretemos bien las leyes y la historia o no.

5 comentarios:

  1. Magníficos los razonamientos, por cierto con mucho sentido común.
    Mi opinión querida Ana, es que todo esto empezó, en aquella época en donde después de gobernar un dictador desde un golpe de estado propiciado a la República, los 'constituyentes' hicieron una pan como una tortas, al hacer un Congreso con todos los herederos de los golpistas y recuerdo perfectamente, cuando el todavái actual rey dijo aquello de acatar las leyes fundamentales del movimiento (atado y bien atado).
    Pienso que es el momento de un referéndum, para hacer una verdadera Constitución con el poder del pueblo y para el pueblo.
    Un abrazo

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    1. Estoy totalemente de acuerdo con Javier Marcos. Es el momento de hacer la autentica transición y fijar de esa forma las nuevas reglas de convivencia, empezando por hacer los cambios que sean necesarios en la Constitución del 1978, para darle un carácter auténticamente democratico en el que sea el ciudadano español que tenga en todo momento la batuta de todas las decisiones políticas, sociales y económicas y estratégicas del Pais, en suma, hacer de España un País con un sistema de convivencia auténticamente Democratico.

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  2. pero que bien te expresas paisana,yo de mayor quiero ser como tu un abrazo de tu fiel seguidor de tu blog
    luis murillas hernanded

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  3. Chapeau, Ana. Magnífico artículo,fruto de una cabeza extraordinariamente bien organizada y que lo expresa muy muy bien. Coincido contigo en cuanto dices, con tu análisis, y con lo que comenta Javier. Estamos sufriendo la consecuencia de un monumental engaño llamado 'Transición' que nos vendieron con tintes de cuento de miedo, de que eso o la bruja mala de los espadones nos comerían vivos. Hay que darle la vuelta a todo esto, pero no se la darán, desde luego los que están muy cómodos con la actual farsa. Tendremos que hacerlo entre todos. Y yo creo que podemos.

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  4. Desde luego, por datos y argumentos que no quede! Yo, bloggero de pro, no me he atrevido a hacer un post sobre este tema! Chapeau!
    Un abrazo,
    esteban

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