Hace
ya más de dos años que venimos asistiendo al espectáculo de
Gobierno del Partido Popular.
Hasta
la saciedad he repetido que respeto la ideología de cada cuál y que
cada uno es muy libre de depositar en las urnas la papeleta que desee
entre las muchas opciones y escasas alternativas. Sin embargo, hoy
por hoy, no sólo me escandalizan las encuestas de intención de
voto, sino que además, me entristecen sobre manera porque no
entiendo nada de nada.
El
bochorno de la más que probable financiación ilegal del Partido en
el Gobierno o, simplemente, sospechosamente irregular, porque los
delitos no parecen sacudir las altas instancias de poder sino
únicamente al humilde e indefenso ciudadano de a pie; la más que
presunta actuación irregular y fraudulenta de sus tesoreros desde su
fundación, de la que por mucho que se empeñen en negar, no han sido
ajenos ni sus sucesivos presidentes ni sus secretarios generales ni
ninguno de los que, en las altas instancias del mismo, no sólo se
repartían los puestos de mayor poder, sino los sobres para compensar
tan ingrata y mal pagada tarea; la innumerable lista de casos
abiertos por corrupción urbanística que pone en evidencia, más que
palpable, el escaso sentido y sentimiento de servicio público que
acompaña a un, más que considerable, elenco de políticos de ese
partido, por mucho que ni sea el único ni en exclusiva se reserve el
mérito de hacerlo en esta fauna constitucional en la que se han
convertido nuestras instituciones; y a pesar de todo ello, nada
parece haber calado en sus votantes.
Y
me indigno.
No
sólo por la farsa pre-electoral y post electoral de la que han hecho
y hacen gala desde que se inició esta legislatura, fraude que
promete prolongarse hasta el infinito y mucho más mientras sigan
gobernado, a pesar de que no hayan sido sólo palabras que se ha
llevado el viento sino que pueden constatarse fácilmente en horas y
horas de grabaciones que reflejan, mucho más que errores o
contradicciones, mentiras puras y duras.
No
sólo porque hayan sumido a la mayoría de la población española en
la pobreza y en la desprotección, con millones de familias sin
ingresos; miles de desahuciados de sus hogares; cientos de miles de
pensionistas empobrecidos repagando sus medicamentos; dependientes
abandonados a su suerte; escuelas públicas esquilmadas en beneficio
de las privadas y concertadas, sanidad medio vendida o medio
regalada; servicios públicos entregados a la explotación de las
grandes empresas con el consecuente, por más que lo disfracen,
aumento de costes de los mismos, como comprobamos cada día con
servicios que como el agua, el gas o la luz, las personas necesitan
para subsistir con un mínimo de dignidad; subidas de impuestos en
productos y suministros básicos, etc. etc; un empezar y no acabar,
sin que la mayoría consiga ver la luz al final del túnel porque
poca luz hay y con sus políticas cada día es más duro atravesarlo.
Y
me exaspero.
Porque
en el fondo, lo que más me preocupa de todo, es que frente a eso,
frente a la traición a la ciudadanía que les votó con la esperanza
de que velasen por sus intereses y la confianza en que cumplirían
sus promesas electorales; frente al recorte no sólo de derechos
básicos sino también de las más básicas libertades; frente a este
gobierno de mayoría absoluta con el que la democracia ha pasado a
estar sometida al poder absoluto del Partido Popular en el
Parlamento; frente a la imposición sin diálogo, sin negociación y
con absoluto desprecio al resto de los ciudadanos que depositaron su
voto en las urnas confiando en un juego democrático que no ha pasado
de resultar una farsa; frente al oportunismo para imponer medidas de
carácter ideológico que nada tienen que ver con las necesidades
sociales sino con otros intereses, incluidos los religiosos,
machistas, discriminatorios y clasistas, que no llego a entender; aun
muchos de ellos, sigan creyendo que merecen su confianza.
Y
porque, a pesar de las muchas tropelías y errores cometidos; a pesar
de la oposición de sectores tan importantes de la sociedad en
asuntos tan fundamentales como la seguridad, la educación, la
justicia, la sanidad; a pesar de la sombra de la duda de la
corrupción sobre muchos de ellos; nadie debe dimitir ni tan siquiera
ser sustituido (para cojones los míos), excepto los funcionarios que
tienen a su cargo velar para que la Administración cumpla el papel
social que la Constitución le otorgó y no se convierta en un mero
instrumento del ejecutivo para esconder sus abusos de poder y servir
a los intereses del partido en el Gobierno, sea este del signo que
sea. Y a pesar de todo, las encuestas de intención de voto, les
siguen otorgando la mayoría.
Para
ser sincera, me queda la esperanza de dudar de si esto será verdad u
otra burda mentira.
Me
pareció curiosa la fecha elegida para las elecciones generales de
2011: el 20 de noviembre, onomástica de la muerte del dictador.
Ahora, mirando hacia atrás y observando lo que han conseguido en
estos dos años de gobierno, no me sorprende en absoluto, pues más
pareciera un punto y seguido a aquel día de 1975 en que el todos
pensamos que habíamos recuperado la soberanía y la dignidad
ciudadana, que una etapa más de la democracia de la que ya
empezábamos a creernos protagonistas.
Y
por eso, no me sorprendería en absoluto que, para mayor escarnio, la
próxima cita electoral, sea un día 28 de diciembre, día de los
Santos Inocentes.
eres genial Ani
ResponderEliminarMuchas gracias Luis, tu también lo eres. Mil gracias por estar ahí
Eliminar¡¡Bravo Ana!!! El tuyo es uno de los mejores artículos que he leído en meses. No solo porque suscribo punto por punto todo lo que dices, sino porque, además, la factura es perfecta, colocas las comas allá donde hay que colocarlas, usas el ;, que a mí tanto me gusta y que la mayoría parece ignorar que existe, es un texto fluido que se lee con la facilidad que aportan los buenos escritores. Sinceras felicitaciones, amiga.
ResponderEliminarMuchas gracias Luisa. Viniendo de ti, más que un halago, es un premio. Eres un cielo y te admiro porque eres una luchadora y una trabajadora incansable. Espero que pronto tengas lo que mereces, como periodista y como persona. Besitos amiga
EliminarAh, y ¡por favor! quita ese encabezamiento del blog en el que dices que no eres nadie e insignificante ¡claro que eres alguien, carape! eres una mujer inteligente, culta y que escribe muy bien. Eres alguien importante, cáspita. Un besote
ResponderEliminarMuchas gracias de nuevo pero es una cuestión de coherencia. Así me siento en este inmenso planeta. Besitos
EliminarMe ha gustado mucho, felicidades.
ResponderEliminarGracias cielo.
EliminarMuy buena entrada. Desde luego es una continuación. No sé si es un punto y seguido o una simple coma en la que tomaron aire y continuaron con la misma frase.
ResponderEliminarUn abrazo
Triste y cierto a la vez. Vivir para ver. Ver y no creer. Gracias Victor, como siempre
Eliminar¿Que decirte que no te hayan dicho ya? Gracias por regalarnos de nuevo tus escritos Ani.
ResponderEliminarNo nos hagas esperar tanto. Un beso. TQ Frana
¿Que decirte yo? Gracias. Besitos.
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