sábado, 15 de febrero de 2014

QUE NOS PARTA UN RAYO!

Desde hace algunos días, vengo manifestando a bombo y platillo en la red, mi firme intención de acudir el próximo día 22 de marzo a Madrid a solidarizarme con todos aquellos que, a día de hoy y en nuestro propio país, comienzan a tener problemas para sobrevivir con unas mínimas condiciones de dignidad y consciente de que muchos otros, ya los han rebasado.
Sin embargo, viendo la pasividad de la mayoría, pareciera que todo esto que nos está sucediendo es normal o que cuando los ciudadanos de a pie de nuestro país lo oyen y lo ven, se transportan al tercer mundo como si tal realidad les quedase muy lejana y no fuese con ellos, convirtiéndose así en cómplices silenciosos de todo tipo de abusos y tropelías a su alrededor.
Hasta ahora he compartido frases, noticias, blogs, imágenes que hace unos años, a cualquiera de nosotros nos habrían echo saltar del sofá, cuál si resorte nos impulsará, para expresar nuestra indignación. Ahora pretendo, sencillamente, que entendáis los motivos por los que no sólo yo voy, sino por los que creo que vosotros, también deberíais estar.
He ido a decenas de manifestaciones a lo largo de estos últimos años, la mayoría de ellas en una misma dirección: hartazgo de la clase política, prepotente y jactanciosa, que desde que se instauró la teórica democracia en este país, han utilizado el poder y la confianza que les hemos otorgado en las urnas, para hacer de su capa un sayo; legislar en su beneficio y por sus intereses partidistas; tenderse alfombras rojas por las que pasear con el dinero que su status, pagado por nuestros humildes bolsillos, les ha proporcionado; cuando no para robar de las arcas públicas. Sí, tal como suena, sencilla y directamente robar -por mucho que no lo condene así el Código Penal- el dinero que debió ser utilizado para pagar nuestras necesidades de Educación, Sanidad, Justicia y demás servicios públicos que habían de proporcionarnos el “Estado de Bienestar” que promulga nuestra Constitución.
Si esto es de Ley en un Estado Social y Democrático de Derecho, quizás habría mucho en nuestras leyes que revisar. Y creo que a estas alturas, sobran los ejemplos.
Hemos pasado de ser un Estado nacional a ser casi un Estado dependiente de las organizaciones internacionales, llámense Unión Europea, Fondo Monetario Internacional, Naciones Unidas, OTAN o tantos y tantos otros y con tantas y tantas siglas que nos han envuelto en un mar de legislación en el que ni los más diestros plusmarquistas, son capaces de nadar. Y como el desconocimiento de las leyes, no exime de su cumplimiento, en lo que a derechos y obligaciones se refiere, los ciudadanos de a pie, estamos “cogidos por los huevos”.
Todo esto podría resultar muy beneficioso para las personas, pues a simple vista pareciera que todo se ha hecho con la mejor intención. Pero ¿qué pasa cuando descubres que a tu persona y a tus semejantes, todas estas organizaciones y todas estas leyes, sólo parecen afectarles cuando es para peor? ¿qué, cuando las resoluciones y dictámenes de todas estos organismos se los pasan por el forro de las entretelas porque así les conviene e interesa? ¿qué, cuando tenemos que tragarnos todas las imposiciones de ellas pero se cargan la justicia internacional?
A día de hoy, la Declaración Internacional de los Derechos Humanos me parece tan falsa como nuestra Constitución y nuestra indefensión, cada día mayor. Porque la triste conclusión es que los ricos son cada vez más ricos y los pobres, cada vez más pobres. No puedo dejar de pensar, que se están descojonando de nosotros.
Y ahí es donde de verdad intento escuchar a mi sentido común. Porque de macroeconomía no entiendo nada y de Derecho, muy poco, pero, afortunadamente, no me fallan ni el oído ni la vista y soy capaz de analizar al menos, en lo que está derivando todo esto en mi entorno más cercano, en mi país, en la ciudad en la que vivo y en el barrio en el que se desenvuelve mi cotidianidad, amen de en mi propia vida, en la que no pocas cosas, de un tiempo acá, voy viendo cambiar.
Creo que es hora de que despertemos del letargo -del sueño, creo que ya nos hicieron despertar apenas empezó a resonar en nuestros cerebros la palabra crisis- y tomemos las riendas de nuestras vidas y de nuestra sociedad.
Porque ni una ni un millón de manifestaciones dispersas a lo largo y ancho del país, van a arreglar la economía ni van a solucionar todos los problemas pero un país entero en las calles clamando justicia, clamando dignidad, clamando decencia, clamando democracia y demostrando de quienes emana el verdadero poder, les obligaría a tomar un cambio de rumbo, que si nos callamos y toleramos, nunca llegará.
No soy economista, ni tan siquiera se me dan bien los números, pero las cuentas están claras.
Los salarios cada día más bajos y las condiciones laborales cada día más precarias cuando en el mejor de los casos, puedes permitirte el lujo de trabajar.
Es su famosa ley de la oferta y la demanda. Ese empezó siendo el icono del liberalismo y se supone que había de fluir de forma natural. Pero, pregúntate si es así como fluye y si no es el arma con la que te roban hoy en día tu dignidad.
Pregúntate si no son ellos, los que están en posesión del capital, los que mediante su arquitectura económica, no cierran la oferta para que aumente la demanda y marcar las condiciones del mercado laboral. Pregúntate si no será esa la razón por la que interesa que en la actualidad tengamos ese elevado tanto por ciento de paro. Piensa tan sólo porque cierra plantas “Cocacola”, por si necesitas ejemplos de como funciona su macroeconomía o su economía global. O porque “Zara” produce en el tercer mundo y por qué su dueño figura en las listas “Forbes” de archimultimillonarios cuyas fortunas generan pingües beneficios tan solo con que un Banco, pulse un botón.
Si no encuentras un puesto de trabajo como asalariado; si no te dan crédito en el banco porque no tienes con qué responder o sí te lo dan pero los asalariados no tienen dinero para gastar porque con los sueldos miserables, descontados los ingentes gastos (hipoteca, alquiler, luz, agua, teléfono, comisiones bancarias, impuestos: IRPF, IVA, recogida de basuras, contribución urbana, residuos; y ahora: medicinas, anotaciones registrales, procesos judiciales; libros y comedores escolares, transporte público, aparcamiento en parkin o zona azul; amen de seguros de vida, responsabilidad, pensiones, salud; gastos bancarios,                             dejo espacio para que rellenes tu) dan para poco más que para un techo y un plato de comida; si tu miserable pensión no te permite llegar a fin de mes y además tienes que alimentar a tus nietos y a tus hijos porque no pueden trabajar; si te vas a vivir al campo pero tienes que pagar por cultivar, por vender, por la burocracia, por existir, ¿cómo podrás sobrevivir con dignidad?.
¿Cuanto es el salario mínimo interprofesional? Y aun no entiendes porque desahucian a gente de sus hogares y te planteas si el “escrache”, es un delito.
La mayoría acaba atrapada en sus redes y esclavizada a los intereses del capital y en la mayor parte de los casos, merced a los medios de manipulación que también controlan, sin ni siquiera ser conscientes de su falta de derechos y de libertad.
La mayoría, se niega a creer que el 99% de los recursos está en manos del 1% de la población; la mayoría nos negamos a creer que formamos parte de ese 99 y que así lo seguirá siendo a no ser que nos toque la primitiva. Y, estadísticamente, demostrado está que es más fácil que te parta un rayo.
Y eso es lo que siento que piensan todos esos que manejan desde arriba hacia abajo nuestras vidas, en una pirámide social y económica que es fácil dibujar (grandes capitales, grandes empresas, monos de feria y políticos y abajo, la sociedad). A los que están abajo, ¡que les parta un rayo!.
Por eso creo que todos los que estamos en esa base de la pirámide social, tenemos algo, y algo muy importante que decir. Cada día, sí, pero el #22M, también, a ver si de una vez, lo decimos con un sólo grito, TODOS UNIDOS por la verdad, la democracia, la justicia social y la dignidad. Porque para poder, hay que querer.
¡Qué me importa a mi quien convoque mientras de forma pacífica pueda manifestar mi indignación! No van a imponer un modelo de sistema sino a manifestar lo que no estamos dispuestos a tolerar de éste que nos venden como el mejor.
Y que los falsos y los hipócritas de nuestros representantes, se metan sus ideologías y sus disfraces de banderas y siglas, por donde amargan los pepinos.
Con los derechos y las libertades, con la dignidad de las personas, no se juega. Que se enteren de una vez por todas!!!!

7 comentarios:

  1. Eres increible Ani, te aseguro que si la economia me lo permitiera estaria a tu lado. Seria maravilloso. PODEMOS Te quiero.

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  2. Tu también lo eres, preciosa. Gracias por estar ahí. Besitos

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  3. Si todo el mundo pensase así, si nos concienciáramos de quiénes son los culpables del problema, si todos fuesen conscientes de que no es que no haya dinero sino que está en poder de unos cuantos miserables esta ignominia se acabaría. Si no estuviese muy lejos habría ido a esa manifestación y todas las que se convocan para desgañitarse gritando que NO. Precioso posteo Ani, y muy bien escrito. Besos

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  4. Ya no tengo nada que decirte, mi admirada Luis Sánchez lo ha dicho ya todo pero aunque mi comentario es tardío no por eso es menos sentido. Eres grande querida Ani, grande. Espero que mi salud no me impida poder acompañarte el 22M
    Un abrazo de los míos <8>

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  5. que grande eres anita, el 22 en madrid estaremos

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  6. Todo dicho queda y muy bien dicho. El 22M estaremos en Madrid

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  7. No puedo estar más de acuerdo con tu entrada en el blog.
    Dices alguna vez que tu no entiendes de economía, así como lo justo en derecho. Pero tienes algo mucho más importante y que, -al camino que vamos-, va a acabar convirtiéndose más en un don, que en algo que por pura genética, debería ser lo normal: SENTIDO COMÚN. (con razón se dice que el menos común de los sentidos).

    No es necesario saber mucho de economía. los problemas que nos afectan y sus causas están al alcance de cualquiera, que como tu, piense un poco y lo haga con ese sentido común del que hablo.

    Quizás tengamos que volver a un lenguaje simplista para empezar a entender por más gente lo que les/nos está pasando o lo que nos están haciendo. Que los poderosos tienen cada vez más y los débiles menos, es algo que no necesita de muchos conocimientos en economía y es un hecho.

    Una vez comentada esta obviedad, falta analizar las causas y las posibles soluciones. No voy a perder tiempo en las causas por ser de todos conocidas. Necesitamos, primeramente, hacer llegar el mensaje a la gente; de que la solución pasa por todos y para ello, hay que averiguar el pasotismo general. Prácticamente nadie se mueve. Ni los más interesados.

    Si conseguimos conocer las causas por las que la gente no se mueve y logramos después movilizarla, hay que saber donde queremos ir, para qué y el camino a seguir.

    Valga esto para comenzar una primera reflexión y termino haciendo una propia: los conceptos actuales de manifestación, creo que hay que revisarlos. Se que esto no va a ser muy compartido; con las manifestaciones pacíficas, no vamos a ningún sitio. Se ha demostrado sobradamente en las miles que hemos hecho estos últimos años. Solo algunas, alrededor de una veintena, muy posiblemente las que han tenido algunos comportamientos violentos, han conseguido algún resultado. Ejemplo la de Burgos.

    Ello nos lleva a pensar, que posiblemente, los problemas grandes no tengan una solución sencilla. No se cura una cangrena con aspirinas. Esto se ha cangrenado y solo se puede solucionar amputando algún miembro.

    Espero que me haya hecho entender por alguien. Si no, tu artículo: "Que nos parta un rayo", es suficientemente claro y preciso.

    Enhorabuena y saludos.

    Ángel


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