La
verdad es que no pensaba hacer un post sobre el actual debate entre
Monarquía y República pero al final, de tanto oír hablar de lo uno
y de lo otro, de ver tanta propaganda monárquica y de observar la
“realidad” que cuentan los medios, acaban consiguiendo tirarle a
una de la lengua.
A
estas alturas, y a la vista de los argumentos para negar la evidencia
-o lo que a mi me parece evidente- que esgrime la mayoría de la
clase política que se sienta a día de hoy en nuestro Parlamento y
en nuestras tertulias , ya no sé ni si he entendido en qué consiste
una república, ni tampoco cuándo y cómo puede convocarse un
referéndum.
Respecto
a lo del referéndum, la verdad es que estoy todavía por saber a qué
sentencia se refieren cuando dicen cuál es el procedimiento que hay
que seguir pero respecto a lo de la forma política del Estado, según
mi humilde entender, en términos generales y sin entran en modelos,
se resume así:
- En el caso de una República Democrática, el acceso a la Jefatura del Estado se produce a través de las urnas mediante el ejercicio de sufragio del pueblo, titular de la soberanía, pudiendo optar a ocupar el cargo cualquier ciudadano en condiciones de igualdad, sin discriminación alguna. El Jefe del Estado ocupa el cargo para el que ha sido elegido durante un determinado periodo de tiempo al final del cual, en el caso de querer volver a salir elegido, habrá de someterse de nuevo a la voluntad del pueblo que podrá ratificarle su confianza o por el contrario, elegir a otro que también opte y que los ciudadanos consideren que puede hacerlo mejor.
- En el caso de la Monarquía -parlamentaria o no- el acceso a la Jefatura del Estado se produce por razón de nacimiento a través de la sucesión -independientemente del mérito o la capacidad- en la persona del legítimo heredero -en el caso español, además, con el agravante de preferencia del varón a la mujer-. El rey ocupa la Jefatura del Estado con carácter vitalicio, siendo inviolable y no estando sujeto a responsabilidad. A esto es a lo que le llaman estabilidad, aunque a mi entender -confiera estabilidad o no- rompe por completo el carácter democrático y los principios de igualdad y de no discriminación.
No
obstante reproduzco los artículos de nuestra Constitución,
-escrita, afortunadamente, porque a veces oyendo las
interpretaciones que hacen los políticos, los abogados e incluso los
tribunales superiores merced a su superior potestad de interpretación, parece
que algunos nos la inventamos- y añado, entre paréntesis, algunas
apreciaciones personales.
Art.
1
- España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. (Podía haberse encabezado con: con excepción de lo dispuesto en el Título II que regula la Monarquía pero hubiera quedado un poco mal).
- La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
- La forma política del Estado español es la Monarquía Parlamentaria (bien pudo haberse escrito la República Democrática, República Federal o cualquier otra forma de forma política, creo yo).
Art. 14
Los
españoles
son iguales
ante la ley
(¿ante todas las leyes pero no ante la Constitución que es la Ley
Fundamental a la que se supedita todo el ordenamiento jurídico?),
sin que pueda
prevalecer discriminación alguna
por razón de nacimiento,
raza,
sexo,
religión,
opinión
o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social.
(Lo normal sería que si los miembros de la familia real son
españoles, estuvieran incluidos también pues no admite
discriminación alguna, pero, curiosamente no. Y en lo que afecta a
la propia Institución de la Corona, y por tanto a la Jefatura del
Estado, sucede justo al revés, que los que estamos excluidos, y por
tanto discriminados, somos todos menos uno, con su consiguiente raza,
sexo (y si me apuras, hasta religión).
Art. 57
- La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S.M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos.
Las razones por las que la
Constitución Española fue redactada en esos términos, tampoco las
tengo claras ya, porque muchas de las explicaciones que había oído
y leído antes de que el rey presentase su renuncia, hoy suenan a
ciencia ficción.
Supongo
que tendrá que ver con el famoso consenso, aunque a mi me de la
impresión de que parece que empezaron redactando un buen modelo pero
que en ese modelo metieron al final, "a capón", el Título
II
(democracia e igualdad sí pero no sin el rey ni sin privilegios para
él y para sus descendientes), como consecuencia del artículo
1.3
(que supongo legitima la excepción).
De
cualquier manera, uno y otro sitúan al Monarca y a la Monarquía por
encima, no solo de todos los españoles, sino incluso de los propios
valores Constitucionales y del resto de las instituciones, por no
decir del bien y del mal -por más que sus actos políticos hayan de
estar siempre refrendados-. Y si eso no es darle poder a una persona
y a una Institución, “¡que venga Dios y lo vea!”, campechano o no, y haya desempeñado bien su cargo o no.
Personalmente me parece, como poco, incoherente y contradictorio, por
no decir antidemocrático, injusto o absurdo, pero he de reconocer
que no soy jurista y que la mayoría de estos en España, lo ha
integrado muy bien. Y digo también lo de que parece que ese artículo
lo introdujeron a capón, porque el resto del articulado parece
bastante, cuando menos, justo y coherente, al menos como base.
El caso es que así se diseñó, así
se asumió, así se ha seguido interpretando, así parece haber
funcionado y así sigue desde entonces “el capón”, pues parece
ser también, que no ha habido lugar -por parte de ninguno de los
gobiernos del PSOE ni del PP durante todos estos largos años y
largas legislaturas- a la iniciativa de "consensuarse" -como sí han
hecho en otras ocasiones- para reparar, cuando menos, el agravio al
sexo femenino y ni tan siquiera para desarrollar lo mínimo que
deberían haber desarrollado: la forma en que, de producirse, se
llevaría a efecto la abdicación del rey. Así que, claro, les ha
pillado por sorpresa y ahora todo son prisas. Y menos mal que la sorpresa no fue ningún inoportuno varón.
Afortunadamente, para reparar estas nimiedades y otras varias también de base
constitucional, existe algo así como el consenso o el pacto de
Estado que en España, al menos en nuestra historia más reciente, se
ha reducido a que los dos partidos mayoritarios se ponen de acuerdo
para lo que ellos entienden que son asuntos de Estado o institucionales.
Y
eso sí, claro está, siempre de espaldas a la ciudadanía que les
vota, y, por supuesto, sin voluntad política de consultar en
referéndum como sugiere, en lo que parece la voluntad de dar una
cierta participación a los titulares de la soberanía, el artículo
92.1 (“Las decisiones
políticas
de especial trascendencia
podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los
ciudadanos”). ¡¡¡No vaya a ser que la mayoría de ellos opine otra
cosa, pobres ignorantes!!!, sobre todo si no hemos hecho antes una
buena campaña de lavado de cerebro general.
A
una le da por pensar que si algunos hubieran redactado hoy la
Constitución, igual se les hubiera ocurrido pensar en borrar el
punto 2 del artículo 1 (arriba citado) y así evitarse muchos
problemas a la hora de decidir lo que nos conviene -aunque la verdad
es que a efectos prácticos, últimamente -por consenso, por utilidad
o por estabilidad-, lo cierto es que en muchos aspectos, pareciera
estar tácitamente derogado y que estas formas de proceder se
asemejasen mas al “Despotismo Ilustrado”, que a la democracia-.
¡Porque esa es otra!, ¡Qué desde
la renuncia del rey, más parece que la ley suprema de nuestro
ordenamiento fuese “el consenso del 77” y no “la Constitución
del 78”!. Debe ser porque la Constitución del 78 incluye en su
propio articulado los procedimientos para su reforma y en cambio el
consenso, no.
Y sin embargo, parecen haber
olvidado o no interesarles recordar, en qué contexto se llevó a
efecto aquel famoso consenso de hace 37 años que aun hoy, algunos,
pretenden que siga vigente:
- Al finalizar un periodo de 40 años de dictadura y como consecuencia de la muerte natural de un dictador que se había alzado con el poder tras un alzamiento que provocó una guerra civil que acabó con un Estado democrático (República).
- Tras dos años de Monarquía Absoluta de Don Juan Carlos de Borbón a quien Franco había designado su heredero (en este caso, no por la vía de la sangre sino por la misma vía por la que había hecho todo durante los casi 40 años que duró su dictadura).
- En un momento de profunda crisis económica en el que el país se veía azotado por el terrorismo y la amenaza de un nuevo golpe de Estado que podría haber dado al traste de nuevo con la democracia, por otra parte, y a esas alturas de la historia, más que desarrollada en la mayoría de los países de Europa, esa Europa de la que pretendían -y poco tardaron en lograr- que formásemos parte (dudo yo mucho que hubieran aceptado una monarquía absolutista ni nada similar).
- Durante el primer gobierno salido de las urnas en el recién inaugurado proceso de la transición que, como resultado de una amplia presencia del ansiado pluralismo político, carecía -sin determinados apoyos- de la capacidad de sacar adelante ninguna de las necesarias reformas.
- Y que fue, además, precedido de unos Pactos, los Pactos de la Moncloa, de carácter económico, social, jurídico y político, en los que se tuvo en consideración a las asociaciones empresariales (que ahora van directamente a negociar de la mano del rey), a los sindicatos (hoy ignorados y ninguneados cuando no vilipendiados). Y que dichos Pactos fueron firmados por la Unión de Centro Democrático de Izquierdas (entonces al frente del gobierno y hoy desaparecida), Partido Nacionalista Vasco y Convergencia y Unión (hoy a la búsqueda de la independencia del Estado Español), , el Partido Socialista Popular (hoy desaparecido), Convergencia socialista de Cataluña (hoy desaparecida), el Partido Comunista (hoy un grupúsculo más en Izquierda Plural) Alianza Popular (hoy desaparecida y que parece ser que de puño de Manuel Fraga firmó el acuerdo económico pero no político) y el Partido Socialista Obrero Español, ¡el superviviente por excelencia! Y con su permiso, o sin él, hoy por hoy, el comprometido oficial.
¿Ese es el consenso que sigue
vigente? De verdad que lo escucho y no lo creo. ¿De verdad tiene
esto algo que ver con la actual España de las autonomías y con
nuestra actual democracia y Parlamento? A mi lo único que me parece
que sigue vigente es el PSOE y teniendo en cuenta que parecía ser un partido republicano -amen de socialista y obrero- ganas me dan
de ponerme a llorar.
Y ni que decir tiene que en todo
este “maremagnum real”, los ciudadanos ni están ni se les
espera. Los ciudadanos no intervienen porque no tienen forma humana
de intervenir. Porque ya, ni siquiera escuchan la voz de la gente en
la calle, salvo para lo que les interesa: perseguir y criminalizar. Y
porque el derecho de manifestación que recoge la Carta Magna, ahora
lo interpretan como el derecho al pataleo -esto no lo dicen ellos, lo
extraigo yo de como hablan de ello y de la forma en que le dan o ni
le dan importancia y repercusión-.
Y por último, que ya me estoy
extendiendo demasiado. El PSOE y el PP han decidido pactar, en este
importantísimo momento histórico y con la única finalidad de
coronar a Felipe VI -o como le quieran llamar porque para mi es el
interino mientras no lo ratifiquen las urnas-, en base a la
legitimidad y la representación de la voluntad de la mayoría ciudadana que les otorgaron los resultados electorales de 2011,
cuando creo, y solo digo creo, que los que votaron al PP lo hicieron
para que venciese y gobernase el PSOE y que los que votaron al PSOE
lo hicieron para que venciese y gobernase el PP. Y probablemente, la
mayoría de todos ellos, en la coyuntura de crisis que atravesamos,
con la esperanza de que hubiera justicia social y puestos de trabajo
dignos para todos.
Creo que los que votaron a a uno y a
otro en las lecciones del 2011, querían respectivamente que ganaran
esas opciones políticas porque confiaron en sus discursos y en sus
programas pero lo que no tengo tan claro, es que la mayoría de ellos
lo hiciera para que PSOE y PP fuesen de la mano -al menos no tanto
como nuestros representantes parecen tenerlo-.
Y lo creo, sobre todo, porque eso,
en ningún momento se planteó durante la campaña electoral ni creo
que formase parte de ninguno de sus programas electorales, que es lo
que en definitiva los ciudadanos votan para que se lleve a efecto
durante la legislatura -o así lo entiendo yo- y porque ni tan
siquiera -que yo sepa- forma parte de sus idearios, que para más
“inri” eran, en el caso de los orígenes del PSOE, republicanos.
Y a las pruebas me remito cuando,
durante estos casi tres años, no han dejado de echar sapos y
culebras culpándose uno al otro de la lamentable situación que
atraviesa nuestro país merced a las respectivas herencias recibidas
y reprochándose, respectivamente también, los incumplimientos de
sus programas electorales durante sus etapas de gobierno. Por no
hablar de la corrupción, porque no sólo me extiendo sino que
además, ¡me enciendo!. Se ve que eso, también contribuye mucho a
la estabilidad.
Y
desde luego que no creo yo que la actual situación sea como para que
ahora se echen flores los unos a los otros ni como para que hablen de
éxito de todos estos años de sus gobiernos, de sus mayorías, de
sus consensos y de esta democracia, con la Corona a la cabeza de la
Jefatura del Estado Español. Claro que, a lo mejor es que aun
tenemos que esperar un reinado más para ver sus frutos.
Bueno, ya ha quedado claro que los
ciudadanos no hablan pero ¿y los políticos y los periodistas? Los
políticos sí que hablan y los periodistas, los periodistas ni
callan, en especial en los medios propiedad del capital privado, que
son el 90% o más, pero también en el que se supone que se financia
con nuestro capital público y que debería, por tanto, ser objetivo
e imparcial.
Y la mayoría dicen que la Monarquía
es legítima (y lo será, que no digo yo que no sea legal) porque así
se aprobó que lo fuera a través del referéndum por el que se votó
la Constitución.
Y también dicen que la gente votó
con libertad y sin el temor de que si se decía que no a la
Constitución, el siguiente capítulo se volvería a escribir en
términos de absolutismo.
Y dicen que en España no había
miedo cuando se votó la Constitución pero la historia certifica que
sólo pasaron 5 años hasta producirse el intento golpista del 23F,
que todos sabemos como se resolvió, con sus luces y sus sombras. E
insisten en que la gente no tenía miedo pero desde luego que los que
los que estaban aquel día en el Congreso, parecían acojonados y
seguro, también, que aquello de que muchos socialistas y comunistas
hicieron las maletas aquella noche para salir pitando de España,
tampoco fue un cotilleo de barrio. Se ve que entonces, no nos
representaban.
Dicen tantas y tantas cosas para
manipular la verdad y arrimar el ascua a su sardina, que no sé como
pretenden que les podamos creer.
Aunque en realidad, a lo que más se
dedican los medios de comunicación (manipulación) es a vendernos la
Monarquía como si de un maravilloso e inimitable producto de moda se
tratara.
Pero
lo que no dicen es de qué forma aquel pueblo español -que no es el
mismo pueblo ni la misma voz que hoy- podía haber dicho “no” a
la Monarquía sin renunciar a mucho más del 95% de un articulado que
seguramente estaban todos ansiosos de aprobar y que de hecho
aprobaron. O simplemente, de qué forma podían haber dicho “no”
o si les parecía más justa una República como forma “política”
, la que fuera, de nuestro nuevo Estado, o si aceptaban a don Juan
Carlos en calidad de rey, a la espera de un nuevo debate cuando se
hubiera alcanzado mayor estabilidad y la suficiente madurez
democrática. Simplemente pudieron aprobar, o no, la Constitución.
Tal vez los políticos si lo decidieron pero los ciudadanos, NO!!!
Desde luego que no es Monarquía o
República el asunto que más me preocupa en estos momentos, me
preocupan mucho más el 28% de las familias en el umbral de la
pobreza, las diferencias cada día más vergonzantes entre los que
más tienen y los que ya no tienen casi nada y los derroteros que
está tomando esta forma de democracia porque, lo veáis o no, lo
están haciendo casi todo con absoluto desprecio a la soberanía del
pueblo español y también al sufrimiento de muchos, muchísimos de
sus ciudadanos.
Me da igual incluso que no se
plantee ahora un referéndum sobre la forma política del Estado
español, aunque está claro que yo lo quiero porque me parece que la
Monarquía no es una forma política completamente democrática , por
muy parlamentaria que sea y por mucho que en algunos países queden
reminiscencias de un pasado privilegiado y medieval.
Y Porque no me parece ni
medianamente razonable, por muy legal que pretendan que sea y será,
que la única posibilidad que nos dejen a los ciudadanos de decir que
queremos hacerlo efectivo, sea votando a un partido político para
que lo lleve en su propuesta de programa de gobierno en las próximas
elecciones, entre otro grueso de propuestas de políticas económicas
y sociales que decidirán las vida de los ciudadanos para los
siguientes cuatro años y con las que podremos estar de acuerdo, o
no, independientemente de la forma política de Estado que queramos.
Y porque me parece que utilizar ese
procedimiento, por muy legal que fuera, sería tan injusto y tan
antidemocrático como creo que fue la supuesta ratificación de la
Monarquía entre el grueso del articulado de la Constitución, por
muy necesario que pudiera parecer, o ser, en aquella coyuntura
histórica.
Y porque el rey ha renunciado ahora
y yo, sí creo que precisamente por eso, ha llegado el momento
ofrecer a la ciudadanía, lejos ya del fantasma de la guerra civil y
de la dictadura, la posibilidad de decidir y de iniciar, tras el
paréntesis, un nuevo y democrático proceso de transición hacia una
democracia completa. Lo cierto es que llevo años esperándolo.
Y lo que creo es que, aunque lo
consigan retrasar, más tarde o más pronto, si seguimos considerando
que una democracia de verdad es el caballo de batalla, llegará una
República. No sé de qué tipo pero creo que llegará. Y no porque
desee ¡que triunfe la República! ni porque piense en la del 31 sino
porque lo que de verdad deseo, con el corazón, es que lo que
triunfe, sea la razón.
Porque el dinero empleado en
educación, siempre es un dinero bien empleado y al igual que Felipe
VI estará muy bien preparado, que no lo dudo, la juventud española
también lo está y, con un 60% “a verlas venir”, tienen mucho
tiempo para organizarse y trabajar para hacer reales y efectivos
nuestros derechos y que dejen de ser sólo vanas palabras escritas en
la Constitución. Si es que antes no se ven obligados a irse de
España -que muchos, seguramente muchos de los mejores, se han ido
ya-.
Pero para lograr eso, lo que parecen estar dejando claro, es que tienen y tenemos que sustituir a los que están ahora,
bueno -prácticamente ahora y siempre durante toda esta nueva etapa
democrática- y eso es a lo que de verdad, los que ahora detentan el
poder, tienen miedo.
Y por eso es por lo que harán todo
lo posible para blindarse intentando disfrazarlo de democracia
mediante leyes, constitucionalidad, consenso, legitimidad y muchas
otras mandangas más que solo ellos entienden.
Y advierto a la juventud, de que
también ha quedado demostrado que igual que nuestra fuerza es el
dialogo y la unión, la suya son los medios de comunicación
(manipulación). Porque saben que mientras estáis viendo el fútbol
o de botellón, no estaréis trabajando para defender vuestros
derechos. Y que mientras enarboléis la bandera de España porque 22
multimillonarios han ganado el mundial, España irá bien para ellos.
Juzgar vosotros si para vosotros
también.
Así es como yo lo veo, como siempre
desde luego, desde la opinión, desde la ignorancia y desde la
humildad pero espero que también desde el sentido común, ese
sentido común que no debemos perder, interpretemos bien las leyes y
la historia o no.
Magníficos los razonamientos, por cierto con mucho sentido común.
ResponderEliminarMi opinión querida Ana, es que todo esto empezó, en aquella época en donde después de gobernar un dictador desde un golpe de estado propiciado a la República, los 'constituyentes' hicieron una pan como una tortas, al hacer un Congreso con todos los herederos de los golpistas y recuerdo perfectamente, cuando el todavái actual rey dijo aquello de acatar las leyes fundamentales del movimiento (atado y bien atado).
Pienso que es el momento de un referéndum, para hacer una verdadera Constitución con el poder del pueblo y para el pueblo.
Un abrazo
Estoy totalemente de acuerdo con Javier Marcos. Es el momento de hacer la autentica transición y fijar de esa forma las nuevas reglas de convivencia, empezando por hacer los cambios que sean necesarios en la Constitución del 1978, para darle un carácter auténticamente democratico en el que sea el ciudadano español que tenga en todo momento la batuta de todas las decisiones políticas, sociales y económicas y estratégicas del Pais, en suma, hacer de España un País con un sistema de convivencia auténticamente Democratico.
Eliminarpero que bien te expresas paisana,yo de mayor quiero ser como tu un abrazo de tu fiel seguidor de tu blog
ResponderEliminarluis murillas hernanded
Chapeau, Ana. Magnífico artículo,fruto de una cabeza extraordinariamente bien organizada y que lo expresa muy muy bien. Coincido contigo en cuanto dices, con tu análisis, y con lo que comenta Javier. Estamos sufriendo la consecuencia de un monumental engaño llamado 'Transición' que nos vendieron con tintes de cuento de miedo, de que eso o la bruja mala de los espadones nos comerían vivos. Hay que darle la vuelta a todo esto, pero no se la darán, desde luego los que están muy cómodos con la actual farsa. Tendremos que hacerlo entre todos. Y yo creo que podemos.
ResponderEliminarDesde luego, por datos y argumentos que no quede! Yo, bloggero de pro, no me he atrevido a hacer un post sobre este tema! Chapeau!
ResponderEliminarUn abrazo,
esteban