jueves, 19 de abril de 2012

EL FUTBOL DE ELITE ES ASI

EL FUTBOL DE ÉLITE ES ASÍ
Con 17 años fui secretaria de la Peña Madridista de Soria; llevo a mi Numancia en el corazón; celebro las victorias de los equipos españoles en las competiciones internacionales y he celebrado con efusividad las victorias de la Selección española de fútbol en la Eurocopa y en el Mundial.
Pero todo ello no me impide intentar ser objetiva y reconocer que el fútbol representa a la perfección todo lo que de mezquino, absurdo e injusto tiene la sociedad actual. Me refiero, claro está, al fútbol de élite, como casi todo lo que representa para la gente humilde lo que supone hoy día “élite”.
Para empezar, los grandes clubes de fútbol no son entidades puramente deportivas sino grandes Sociedades Anónimas cuya única finalidad es obtener el mayor beneficio económico posible. Para sus accionistas, los equipos son herramientas y los jugadores piezas de intercambio en un mercado humano a la búsqueda de la mayor rentabilidad para sus intereses económicos. ¡Por supuesto que desean que sus equipos obtengan victorias! Es lo que revaloriza el precio de sus jugadores y aumenta en mayor medida sus beneficios. Para más vergüenza, son deudores a la Hacienda Pública por millones de euros sin que por ello pase nada.
Pero los jugadores, no sólo tienen “precio”, eso les llenaría de indignación. A cambio de ser tratados como mercancía, y merced a ser los mejores en saber dar patadas a un balón, perciben ingentes cantidades de dinero. No creo que haya ningún ser “humano” de este planeta que no se indigne al conocer que con el “salario” que pagan a unos cuantos mensualmente, se podría pagar la deuda externa de muchos de esos países donde los niños mueren por falta de alimento, agua y medicinas. Bien es verdad que muchos de ellos luego lavan su imagen colaborando con proyectos humanitarios pero también es cierto que eso no les hace más generosos que nosotros cuando damos una limosna a un mendigo, sino que, simplemente, a ellos les sobra muchísimo más.
Refleja clarísimamente la prevalencia de los poderosos frente a los débiles. Por muchas oportunidades que pueda tener un equipo con un bajo presupuesto de hacer un gran partido y vencer a uno de los grandes, a nadie se le escapa que cuanto más dinero posea la Sociedad Anónima, más posibilidades tiene de ser la campeona. Eso por no hablar de las injusticias, muchas veces escandalosas, de las decisiones arbitrales. El resultado podría ser más justo con todos los medios que hoy en día están a su servicio pero no sería rentable. Dejarían de moverse tantos ríos de tinta y los periodistas tendrían que dedicarse mayoritariamente a sacar a la luz las mentiras que mantienen esta sociedad y las personas humildes a reivindicar la justicia social que cada día es más injusticia social y... ¿a quién interesa esto?
Deseamos que nuestros hijos sean jugadores de futbol, eso sí, de élite y nuestros hijos desean también serlo, claro está, merced a que desde que nacemos hasta que morimos y desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, el fútbol nos acompaña en cada instante de nuestra vida.
El fútbol de élite es, además, machista. Es un ¿deporte? de hombres ¿A quién le interesa ver dar patadas a un balón a un grupo de mujeres por muy bien que aquellas lo hagan? A nadie. Sólo los grandes clubes y sus grandes competiciones interesan. Y mal que nos pese a las mujeres de este mundo, todos ellos son hombres. Por no mencionar muchas veces el comportamiento absolutamente antideportivo que los jugadores de fútbol muestran en el campo y también quienes son mayoritariamente los “aficionados” que se dedican a luchar contra los otros “aficionados” independientemente de cual sea el resultado. No veo aun a muchas mujeres allí, afortunadamente, todo hay que decirlo.
Podría seguir y seguir y seguramente que a muchos de vosotros, no pensando mucho, se os ocurrirían muchísimas otras injusticias y aberraciones pero yo, de momento, me voy a detener en lo que de verdad más me interesa transmitir.
Lo que me parece verdaderamente importante es que debajo de esta pirámide, como de todas las pirámides de esta sociedad en cuya cima está la élite, estamos los ciudadanos de a pie, que una vez más, somos quienes consentimos, permitimos e incluso nos sentimos felices de colaborar en tan siniestro sistema. Pero también somos los q de verdad lo pagamos y lo mantenemos.
Y aquí vuelve a manifestarse otra vez la injusticia. Todos tenemos derecho al fútbol pero no todos tenemos derecho a asistir a los partidos en el campo porque no tenemos dinero para pagarlo. Todos tenemos acceso al fútbol en la televisión pero muchos de nosotros sólo cuando lo televisan en abierto porque no tenemos dinero para abonarnos a los canales privados, donde se televisan pagando, muchos, muchísimos de los partidos más interesantes que se juegan cada día o aquellos partidos de los equipos humildes que son los partidos que a muchos de nosotros nos gustaría ver.
Y sin embargo, mientras nosotros nos sacrificamos para pagar una entrada o ser socios de un equipo, las élites políticas, financieras “culturales” y cualquier grupo de poderosos, ocupan palcos VIP en los Estadios. En esos palcos no sólo importa el fútbol. Allí, ellos aprovechan para mercadear con todo aquellos que es necesario e importante para nuestra sociedad.
Y sin embargo, para nosotros, para los humildes, para los muertos de hambre, para las víctimas de los abusos a los que nos someten en su propio beneficio, no hay nada más importante ni más interesante que poder contemplar el espectáculo, a toda costa, sea como sea y donde sea.
¿Habéis pensado en que nosotros también podríamos utilizar el fútbol como herramienta para luchar contra la injusticia, contra el poder y contra las élites?
Tal vez tendría mucha más repercusión hacer una huelga indefinida de fútbol que una huelga laboral. Tal vez podríamos ahorrar dinero haciendo una huelga de consumo de futbol en vez de que nos lo descuenten de nuestras nóminas para no conseguir nada. ¿Quién podría hacernos piquete empresarial? En esta huelga podría participar toda la sociedad, desde el parado al jubilado pasando por los niños y las amas de casa ¿Quién podría obligarnos a ir, a ver, a hablar, a colaborar? Tal vez podría ser una gran prueba de fuerza para demostrarles hasta donde puede llegar nuestro poder y dejaríamos de sentirnos impotentes por no poder hacer nada para defender nuestros derechos.
Porque aunque pretendan hacernos creer que cada uno de nosotros somos insignificantes para ellos en esta sociedad, saben que si a nosotros nos deja de interesar hacerles el juego y nos unimos en una causa común, son ellos los que más tienen que perder. Solo tenemos que creer que es posible.
El fútbol mueve miles de millones de euros en todo el mundo. Y los que los manejan, lo creáis o no, son todos los mismos.

2 comentarios:

  1. para algunos el futbol es una droga, no pueden pasar sin el,y de eso se encargan los medios de comunicacion, se le dedica mas tiempo en las noticias que a cientos de acontecimientos que suceden en el mundo; mas no les interesa que pensemos.el futbol se digiere facilmente y evita que pensemos en cosas que importan de verdad.

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  2. Hola, Yo no soy nadie.
    Total mente de acuerdo contigo, es mas hay gente que no tiene para que coman sus hijo, y ellos se permiten el lujo de ser socios de grandes club de futbol.
    Para el regocijo de esos señores que con traje y corbatas de no menos de 800€ se ponen en los palcos VIP hasta el culo de todo, y donde hacen grandes negocios?
    Mientras los paganinis están en las GRADAS pasando frio y mojando se…

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