Hay
cosas que se escapan a mi comprensión y a mi tolerancia. Tampoco
demasiadas ¡no vayáis a creer!. Intento entender y respetar casi
todo.
Una
de ellas, por no decir la que más, es el TERRORISMO. También podría
mencionar la guerra que es la madre de todos los terrorismos, pero,
últimamente, entre unas realidades y otras, me cuesta mucho
distinguir.
Quienes
me conocéis sabéis que mi voluntad es morir antes que matar o
utilizar la violencia para defender aquello en lo que creo; porque
por supuesto, no habría cosa que fuese más allá de mis principios
que eso. Y dicho ello desde la más absoluta humildad; reconociendo
que hay situaciones en que uno puede llegar a dejar de ser dueño de
sus actos y ocasiones en las que opinar es vano, pues de no vivirlas
en nuestras propias carnes, es impredecible nuestra reacción; por
supuesto también para mí.
No
obstante, en este presente que vivimos, veo que el terrorismo es un
arma. Y no es sólo que haya individuos o grupos que lo utilicen para
conseguir sus objetivos, sino que, dicha Institución en sí, está
siendo utilizada de unos y de otros bandos como arma arrojadiza en
una guerra a la que no veo fin.
Me
explico. Todos los bandos utilizan a las víctimas en su propio
beneficio convirtiéndolas en mártires o criminales dependiendo
de la posición, de la nación, de la ideología o del interés desde
el que se miré. Todos piden respeto y justicia para las víctimas
mientras ninguno de ellos las deja descansar en paz. ¡Si hasta en
nuestro propio país hay dos asociaciones de las mismas víctimas
enfrentadas entre sí y exaltadas o vapuleadas según de que lado
ideológico se decanten! De auténtica vergüenza para las propias
víctimas, si me lo permitís.
Todo
esto ha venido a cuento de Bolinaga. No voy a tomar ningún partido
ni en contra ni a favor de su excarcelación. Por supuesto tampoco de
parte de ETA ni del franquismo ni del terrorismo de Estado; ni del
genocidio de Irak, de Siria o Afganistán ni del de las Torres
Gemelas; ni de la dictadura de Pinochet o Videla; ni de la dictaduras
chinas o rusas; ni del Gobierno Colombiano ni de las FARC o yo que sé
de cuanto y tanto terrorismo más. Millones de víctimas en este
Planeta; sin olvidar las queridas Centro y Sudamérica o las siempre
masacradas Africa o Asia.
Me
voy a quedar en casa que es la realidad que más conozco. No se puede
criminalizar a ETA mientras se ocultan y no se hace justicia con las
víctimas del franquismo, ni se puede justificar de ninguna de las
maneras la violencia de ETA sobre seres humanos en defensa de ninguna
justicia y libertad. Y mucho menos utilizar a unas y otras para sacar
rentabilidad política. No al menos con respeto a las víctimas.
Eso
es lo que creo y eso es lo que os quería decir.
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