Que
yo “no soy naide”, es un hecho. Y no es sólo porque lo diga yo,
sino porque es una verdad como un templo, al igual que muchos de
vosotros, tampoco sois “nadie”, al menos individualmente
considerados.
Que
yo soy una de los “nadies” que se niega a cerrar los ojos ante la
realidad, eso espero que también sea un hecho, aunque no siempre ha
sido así ni, por supuesto, puedo comprometerme a que sea así en el
futuro.
Lo
cierto es que este fin de semana, en el que muchos estaban pendientes
de los resultados de la “eurocopa” -de si ganaba Nadal (Mapfre) o
Alonso (Botín), o la selección española (ahí ya me pierdo)- yo
estaba bastante mas preocupada por el resultado de la reunión del
Ministro de Economía con los representantes de Economía del resto
de Europa, con la mediación del Fondo Monetario Internacional (por
videoconferencia, por cierto; gran invento para no tener que gastar
tanto dinero público en viajecitos y reunioncitas que siempre, al
final, quieras o no, acaban siendo comiditas y cositas de esas que
unos u otros ciudadanos, al final acabamos pagando).
Desde
luego que si hubiera apostado a la lotería sobre si nos rescataban o
no, habría tenido bastante más suerte que acatando lo que, según
mi ignorante apuesta, creí que estaba cantado: “El Gobierno de
España solicita ayuda a la Unión Europea”.
Ellos
dicen que no nos mienten y nosotros nos lo tenemos que creer pero hay
que reconocer que, si miembros del Gobierno negaban que fueran a
pedir ayuda y al final la han pedido y se la han concedido, lo que
está claro es que no nos estaban diciendo la verdad (o el resto de
los miembros del Gobierno, no tenía ni idea de lo que tramaban De
Guindos y Rajoy, que todo puede ser).
El
caso es que después de todo, los pronósticos se han cumplido (los
míos y los de otros muchos nadies) y resulta que España ha
solicitado ayuda a Europa.
Luego
está la forma en la que nos lo quieran vender; rescate, apoyo,
victoria, salvación. Yo, como Rajoy, no voy a entrar en
terminologías que en definitiva, a nada conducen.
Porque
no entiendo de economía y porque no estoy ya muy segura de entender
algo, me voy a entretener simplemente en destacar algunos
significativos (o no) detalles.
He
seguido las tres ruedas de prensa al respecto, porque, aunque a lo
mejor podía haber tenido alguna que otra cosa mejor que hacer (o que
no hacer), me preocupaba el asunto.
Me
ha llamado la atención que en las ruedas de prensa del Ministro de
Economía y del Presidente del Gobierno no se hayan visto las caras
de quienes preguntaban, mientras que en la de Rubalcaba, sí. Todo
visto en TVE 24 horas. Supongo que no será significativo ni tendrá
nada que ver pero como a mí me ha resultado curioso, pues así lo
cuento.
Por
otra parte, y yendo al grano porque sólo puedo compartir mis
impresiones, diré que he visto a dos políticos diciendo lo mismo.
Cada uno dirigiéndose a sus votantes y diciéndoles lo que querían
oír pero de la mano en un mismo barco: el sometimiento a los
mercados, el sometimiento al capital y el sometimiento a la Unión
Europea que, si ya decidía mucho sobre nuestros destinos, ahora, una
vez que nos ha hecho más deudores -nos ha convertido en más siervos
de sus designios, de sus políticas, de sus decisiones, de sus
objetivos o de sus fines- y vistos los últimos acontecimientos, a
los ciudadanos de a pie, a los pobres trabajadores y a la mayoría de
los seres humanos de este país, poco o nada nos va a beneficiar.
Y
ambos de acuerdo -todo hay que decirlo- en que el objetivo, de unos y
otros, nuestros dignos representantes, es crear empleo (aunque cuando
eso sea una realidad, trabajemos en condiciones poco humanas, sin
derechos, sin dignidad y destinando todo el dinero que ganemos a
pagarles a ellos -los mismos- nuestra salud, nuestra educación y en
definitiva, nuestra supervivencia) y pidiéndonos a la gente de bien,
solidaridad.
No
se a quien nos podemos encomendar porque, lo que a estas alturas
tengo ya bastante claro, es que, con sus maniobras y con su
manipulación, habrán conseguido convencer a sus aficiones de que
España va bien. El PP prometiendo que hará realidad sus promesas de
crecimiento y prosperidad a quienes representa. Y el PSOE prometiendo
que velará porque los trabajadores y las clases medias (que parece
ser que no son trabajadores), no sufrirán las consecuencias porque
para eso están ellos ahí.
Y
yo, perdonar que os diga, que no me creo nada ni por supuesto creo a
unos ni a otros.
Eso
sí, mientras nos distraen con la Eurocopa y con las Olimpiadas,
ellos estarán, además, decidiendo nuestros destinos.
NO
OS DURMÁIS Y NO LO IGNORÉIS SI QUERÉIS TENER ALGUNA POSIBILIDAD
FRENTE A ELLOS.
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